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UNA MEDIDA PARA REDUCIR EL IMPACTO AMBIENTAL

Filtros de partículas…¡para los frenos de tu coche!

La normativa de emisiones Euro 7 podría tener en cuenta también el impacto ambiental de elementos como los frenos

Vivimos tiempos en los que el mundo del automóvil está casi reinventándose por completo: su impacto en el medio ambiente se observa ahora con lupa, y cada vez son más las restricciones y las medidas destinadas a reducir ese mencionado impacto que los fabricantes tienen que asumir si quieren seguir vendiendo sus coches en Europa, uno de los continentes en los que más pasos se han dado en una dirección, la de la reducción de las emisiones contaminantes, que parece ya imparable.

Sabemos que a partir del 1 de enero de 2035 ya no estará permitido vender coches nuevos que emitan cualquier tipo de partícula o gas contaminante, una medida muy polémica que ha obligado a muchos fabricantes a, directamente, reinventarse. Los pasos en dirección a las drásticas reducciones de emisiones contaminantes, sin embargo, no terminan aquí. En menos de 3 años, en apenas 2 años y medio, entrará en vigor una nueva normativa de homologación de emisiones, bautizada como Euro 7.

La normativa Euro 7 supondrá, sin duda, un antes y un después para la industria del automóvil, ya que supone la desaparición casi definitiva de los modelos equipados únicamente con un motor térmico de manera exclusiva, de forma que todos los vehículos nuevos que se pretendan vender en Europa deberán contar con cierto grado de electrificación, permitiéndoles así homologar un nivel de emisiones de CO2 por km mucho más bajos que los que se homologan actualmente.

La norma Euro 7 no traerá únicamente un límite más bajo de emisiones de CO2, ya que por primera vez se tendrán en cuenta nuevos parámetros a la hora de medir el impacto medioambiental. De esta manera, la normativa Euro 7 será la primera en la que se medirán, por ejemplo, la cantidad de partículas emitidas por el sistema de frenado de los vehículos, por los discos y pastillas.

Sí, ese polvo negro que se deposita generalmente en las llantas de tu coche y que tanto cuesta eliminar después, son en realidad partículas ultra-finas (PM 2.5) que pueden resultar muy perjudiciales para la salud. ¿La solución para muchos fabricantes? Instalar sistemas de captación de ese polvo, una suerte de filtro de partículas para los frenos, que impida que éstas se liberen a la atmósfera.

No será la única alternativa: muchos fabricantes han comenzado a utilizar de nuevo sistemas de frenado con tambores que, por su propio concepto, no dejan que las partículas se liberen al exterior al ser un sistema cerrado. ¿Una nueva traba para el mundo del automóvil, o un paso necesario?

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