La prevención es importante
Con el paso del tiempo, los elementos del sistema de frenos se desgastan y pueden dar señales de aviso mediante chirridos cuando frenamos.
Los frenos de nuestro coche están sometidos a constante desgaste. Cada vez que pisamos el pedal del freno, las pinzas actúan para que las pastillas friccionen contra el disco y reduzcan así la velocidad de giro de las ruedas. Esto produce, además de grandes cantidades de calor, un enorme estrés entre las partes implicadas. Por eso, con el paso del tiempo no es raro que acaben demostrando diversas señales de desgaste, entre ellas el chirrido. Pero, ¿qué debo hacer si chirrían los frenos de mi coche? ¿Cuáles pueden ser las causas?
El buen estado del sistema de frenos es de vital importancia. Aunque no seamos expertos en mecánica, con sólo afinar el oído (o estando un poco atentos) podemos detectar los primeros síntomas de unos frenos que empiezan a necesitar mantenimiento. Si detectamos un sonido muy agudo al frenar, la primera causa más probable es un desgaste avanzado de las pastillas de freno. Es sólo un aviso de que necesitamos cambiarlas, pero no deberíamos alargar la espera. Si lo hacemos, estaremos arriesgándonos a deteriorar también los discos de freno, mucho más caros de reemplazar que las pastillas.
Y es que el mal estado de los discos puede ser otro de los motivos por el que chirrían los frenos cuando actúan. Cuando están desgastados o deteriorados, aparecen irregularidades entre las superficies que friccionan, provocando vibraciones y sonidos agudos. Además, si pasamos mucho tiempo sin utilizar el coche y se acumula suciedad (o humedad) en los frenos, podemos estar exponiéndonos a la cristalización de las pastillas. Este fenómeno ocurre cuando la capa de suciedad de los discos se funde al alcanzar cierta temperatura cuando friccionan pastillas y discos, provocando un deterioro en su funcionamiento.
Pese a todo lo anterior, el chirrido de los frenos no siempre significa algo malo. En equipos de frenado de altas prestaciones pueden ocurrir debido al gran tamaño de los discos y las pastillas, cuyas superficies provocan más vibraciones y ruidos sin que ello signifique un síntoma negativo. Además, en los sistemas de frenos carbocerámicos también suelen darse chirridos especialmente en frío y a bajas velocidades por la naturaleza de los compuestos. En cualquier caso, en la mayoría de equipos de frenos convencionales de coches más terrenales, no hay que jugársela: si escuchas chirridos, lo mejor es prevenir y comprobar el estado de las pastillas y discos para, en caso necesario, cambiarlos por unos nuevos.