Revisa tus frenos con un dedo y averigua si necesitas cambiarlos
Los frenos de tu coche son un elemento fundamental para garantizar la seguridad, pero como otros tantos sistemas, está sometido a cierto desgaste.
Los frenos de nuestro coche son un elemento básico cuando hablamos de seguridad vial. Al fin y al cabo, son los encargados de reducir y adecuar la velocidad a la cifra necesaria para poder circular sin poner en riesgo ni nuestra seguridad ni la del resto de usuarios de la vía. Sin embargo, como elemento de desgaste que son, necesitan cierto mantenimiento. VER VÍDEO.
Actualmente todos los vehículos que se venden nuevos montan, de serie, un sistema de frenos de disco en el eje delantero y, para el eje trasero, varía entre discos de freno y tambores. Es en la parte delantera donde es más necesaria la fuerza de frenado, ya que al pisar el pedal, buena parte del peso del coche se traslada a la parte delantera, de ahí que los discos y las pastillas delanteras sean de mayor tamaño.
Sustituir las pastillas no siempre es suficiente: debido a la fricción que producen las pastillas contra los discos, en ocasiones son éstos últimos los que necesitan ser sustituidos, de ahí que éste simple gesto te pueda alertar de la necesidad de sustituir los discos de freno, renovando así una parte fundamental del sistema de frenado de tu coche.
Es tan sencillo como meter un dedo entre los radios de la llanta que cubre el disco y tocar su borde: si detectas una rebaba notable en el borde del disco su hora ha llegado y necesitan ser sustituidos. Si los radios y aberturas de las llantas de tu coche son demasiado pequeños, prueba a utilizar un palo de madera de pequeño tamaño, que te permita tocar el borde del disco sin riesgo de dañarlo. Recuerda: cuando sustituyas los discos de freno, deberás sustituir también las pastillas para garantizar una superficie de contacto equilibrada.