SE LE CONOCE COMO "FLEXIMAN"
A pesar de ser actos vandálicos que pueden suponerle incluso la cárcel, no son pocos los ciudadanos que apoyan a este presunto delincuente.
Recientemente ha aparecido en Italia una especie de justiciero, apodado por muchos como Fleximan, que tiene detrás a una gran parte de la policía del país mediterráneo por haber destrozado al menos 15 radares de velocidad en aquel territorio. De hecho, allí las autoridades han llegado a crear un equipo de búsqueda y captura específico para detener a este individuo con más seguidores que detractores a pesar de realizar, objetivamente, lo que no dejan de ser actos vandálicos.
Todo empezó a finales de 2023 en una región al norte de la nación que, por cierto, es la que cuenta con el mayor número de cámaras de velocidad fijas de Europa. En esencia, Fleximan llegaba con una radial y acababa con la utilidad del radar, arrancándolo de su soporte. Tras, como mínimo, decena y media de reincidencias, el malhechor, quien se cree que podría ser un varón de estatura normal y unos 50 años de edad, todavía no ha sido arrestado por los Carabinieri ni por la Polizia di Stato o alguna guardia municipal.
Mientras él sigue campando a sus anchas, Italia ha ampliado la vigilancia de sus radares más vulnerables a esta clase de sucesos y no sólo por el delincuente en cuestión, sino por los posibles imitadores que puedan surgir a raíz de la cobertura mediática que está obteniendo este tipo de acciones. Y es que, pese a sus transgresiones, la popularidad de este personaje no cesa en su crecimiento, recibiendo incluso el apoyo de una parte de la población hastiada por las multas de tráfico.
La aprobación de Fleximan en redes sociales e incluso en la televisión local es habitual desde principios de 2024, hasta el punto de llegar a considerarse una especie de Robin Hood frente a los abusos del Estado Italiano sobre los conductores. Pero, ¿por qué pasa esto en un país tan desarrollado? En Italia existen la friolera de 11.000 radares fijos, es decir, 14 veces más que en España. Por si era poco, las sanciones económicas implican cuantías proporcionalmente superiores.