La globalización ha puesto patas arriba la industria del automóvil de cara a
reducir costes en la fabricación de vehículos, tanto como para
ver a deportivos de solera abandonar su patria para ser fabricados en otros países. Sí, te sorprenderías al conocer cuán común es esta práctica de deslocalizar la producción incluso en vehículos de corte deportivo y muy alta gama.
Uno de los últimos ejemplos, muy comentado además con la llegada al poder de Donald Trump, es
la fabricación del nuevo Ford GT que está siendo realizada en Canadá a través de Multimatic.
Otro ejemplo bastante llamativo es el del
Honda NSX (Acura NSX en EE.UU.),
el deportivo más tecnológico y prestacional de Honda que no es fabricado en Japón, sino en Norteamérica al ser este su principal mercado. <
El
Lamborghini Huracan, y su antecesor el Lamborghini Gallardo, es igualmente fabricado en una ubicación bastante alejada de su sede italiana, concretamente son
fabricados en Alemania por Audi aprovechando las líneas de ensamblaje que son compartidas con el Audi R8.
En el pasado reciente también encontramos modelos como el
Aston Martin Rapide que ha sido construido por Magna Steyr en Austria (planta donde también se fabrica el Mercedes Clase G o el MINI Countryman), o el
Mercedes SLR McLaren que fue íntegramente construido en la sede de McLaren en Woking, Reino Unido, pese a ser en su momento el máximo estandarte de la alemana Mercedes-Benz. Fuente:
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