ASÍ FUNCIONA
En los meses más fríos del año para conseguir una adecuada temperatura en el interior del coche es necesario poner la calefacción: ¿afecta al consumo del coche?
Las temperaturas se han desplomado en los termómetros y el frío ya forma parte de la rutina diaria, algo que puede afectar al funcionamiento del coche y a la conducción. Tal y como ha puntualizado la Dirección General de Tráfico en numerosas ocasiones, la horquilla de grados en la que debemos movernos oscila entre los 20 y los 23 por seguridad. No obstante, hay muchos conductores que se resisten a encender la calefacción porque creen que consume combustible: ¿es verdad o es un mito?
Regular la temperatura por debajo de esos parámetros hará que circular sea incómodo y si lo hacemos por encima, el exceso de calor puede favorecer la somnolencia. Conducir con el abrigo puesto no es una opción porque además de reducir la movilidad, puede provocar el efecto submarino ya que no podemos ajustarnos correctamente el cinturón.
Así funciona la calefacción del coche
Por lo tanto, en los meses más fríos, la forma de mantener ese equilibrio pasa por encender la calefacción: eso sí, si lo haces nada más entrar al coche lo único que sentirás es el frío del exterior trasladado al interior. Y aquí está la respuesta a la pregunta inicial: este sistema funciona con la energía térmica que se desprende de la puesta en marcha del motor del coche.
A diferencia del aire acondicionado, el uso de la calefacción del coche no supone un incremento del consumo de gasolina o diésel de tu coche. El único elemento que interviene en su funcionamiento que sí gasta combustible es el ventilador que hace pasar el aire al habitáculo: necesita energía eléctrica procedente de la batería, que se carga con el alternador que sí consume combustible… pero se trata de una cifra mínima.
Cuidado con el consumo indirecto
No obstante, tenemos que tener en cuenta algunas recomendaciones para que el uso incorrecto de la calefacción no provoque un mayor consumo de forma indirecta. En primer lugar debemos colocar los aireadores hacia los pies ya que el aire caliente tiende a ascender y así se reparte de forma homogénea por todo el interior del vehículo.
Por otro lado, no es aconsejable conectar el aire acondicionado y la calefacción a la vez: no sólo es ineficiente, esta acción sí aumenta considerablemente el consumo de combustible y puede generar averías.
Finalmente debes tener en cuenta que ese exceso de calor del que hablábamos antes provocará que las emisiones del coche aumenten. Para evitarlo, revisa el estado del tubo de escape, del catalizador y del filtro de aceite para que la lubricación del motor sea la adecuada y apaga la calefacción cuando vayas a detener el coche durante más de un minuto.