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La CE pide acelerar la transición hacia los vehículos de cero emisiones
La Comisión Europea (CE) ha pedido acelerar la transición hacia el uso de vehículos de ceroemisionesen el territorio comunitario en la nueva Estrategia Europea sobre movilidad de bajas emisiones
Si bien el Ejecutivo comunitario reconoce la necesidad de mejorar los motores de combustión interna, subraya la importancia de avanzar hacia la implantación de automóviles que emitan menos gases a la atmósfera o que directamente no expulsen sustancias contaminantes.
En ese sentido, Bruselas ya ha propuesto e implementado mejoras para medir y verificar las emisiones de los vehículos, "una precondición necesaria para asegurar que los estándares tienen un impacto y que los consumidores pueden confiar en ellos", explicó la CE.
Actualmente, la legislación de la Unión considera automóviles de bajas emisiones aquellos cuyo tubo de escape expulsa menos de 50 gramos de gases por kilómetro recorrido.
No obstante, el Ejecutivo comunitario pretende establecer nuevos requisitos para coches y furgonetas para el periodo posterior a 2020.
Así, las emisiones de los motores de combustión convencionales tendrán que bajar aún más a partir de 2020 y el uso de automóviles de bajas o ceroemisiones tendrá que extenderse y lograr una cuota de mercado "significativa", según la Comisión.
Para alcanzar esos objetivos, junto con la Estrategia Europea sobre movilidad de bajas emisiones, Bruselas pondrá en marcha una consulta pública para revisar el actual marco legal sobre los estándares para coches y furgonetas tras el año 2020.
Igualmente, se trabajará en los incentivos en las normas de contratación pública, con los que la Comisión espera implantar mayor cantidad de vehículos de bajas emisiones, incluidos autobuses urbanos.
De hecho, la nueva estrategia comunitaria también pretende incrementar la eficiencia en los sistemas de transporte mediante el uso de las tecnologías digitales que permitan la comunicación entre vehículos y el establecimiento de precios atractivos.
Asimismo, el nuevo plan del Ejecutivo comunitario busca acelerar la implantación de energías alternativas en el transporte como los biocombustibles, la electricidad renovable, el hidrógeno y los combustibles sintéticos renovables, además de eliminar los obstáculos que impiden el uso generalizado de vehículos eléctricos.
Mediante incentivos para fomentar la innovación, la Comisión Europea espera que las energías de bajas emisiones supongan entre el 15 y 17 % de la demanda energética para el transporte en 2030.
Bruselas también pretende frenar las emisiones de carbono dióxido de los camiones, autobuses y autocares, que en la actualidad constituyen un cuarto de las emisiones totales.
Por ese motivo, en 2017 se presentará un proyecto para monitorizar la cantidad de gases contaminantes emitidos a la atmósfera por esos dos tipos de vehículos.
Con el plan, las industrias de servicios y manufacturas podrán planificar sus inversiones con objetivos sobre vehículos de bajas emisiones para mediados de siglo.
La Comisión Europea reconoció en su comunicado que la transición hacia el transporte de bajas emisiones se acelerará en los próximos año y destacó el papel "crucial" de las ciudades y autoridades locales para implantar la nueva estrategia.
El director ejecutivo de la asociación de organizaciones de transporte sostenible Transport & Environment, Jos Dings, señaló que se trata de un "buen plan, pero su eficacia dependerá de cómo se cumplan las promesas".
Por otro lado, la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles mostró su satisfacción con la nueva estrategia y manifestó su compromiso con la reducción continuada de las emisiones de dióxido de carbono en todos los segmentos del negocio, desde los turismos hasta los camiones.
No obstante, la organización pidió a Bruselas actuar también contra los gases expulsados por otros medios de transporte como aviones, barcos y trenes.
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Fuente: EFE