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Se trataba de la histórica pista de pruebas de FIAT

Lingotto, el ícono del automóvil que se convirtió en un enorme jardín colgante

La factoría, situada en un enclave céntrico de la ciudad de Turín, ha recibido numerosas reformas con el paso de los años.

Fiat convierte la pista de Lingotto en un gran jardínFiat

Una vida nueva para Lingotto. La factoría del Grupo FIAT en una de las zonas más céntricas de la ciudad italiana de Turín, ha vivido muchas etapas durante sus casi 100 años de historia. Hay que remontarse a 1926 para su inauguración, año en el que se convirtió en uno de los grandes cimientos sobre los que se consolido la compañía transalpina y de sus líneas de producción fueron decenas de modelos distintos los que surgieron durante más de medio siglo. Con 20.000 metros cuadrados, las instalaciones de la planta se convirtieron en una de las imágenes más emblemáticas del fabricante, especialmente por lo que sucedía en la azotea del complejo.

Prácticamente imperturbable al paso del tiempo, Lingotto ha acogido en su parte superior una pista de pruebas de 2,4 kilómetros de longitud y 24 metros de ancho en el que FIAT probaba los modelos que salían de su factoría turinesa. Quizás lo que más vértigo generaba no era saber que había un circuito a más de 30 metros de altura, sino que cuando te acercabas a los extremos del mismo, te encontrabas con que el óvalo estaba cerrado con dos curvas peraltadas, lo que permitía que los vehículos que rodaban en él pudieran dar muchas vueltas manteniendo velocidades altas de forma continua.

El mastodóntico complejo de la fábrica de Lingotto ha tenido desde la década de los ochenta muchas vidas, en este caso derivado de que sus propietarios le han ido buscando otros menesteres ya que el ritmo actual de producción de la industria automotriz fue dejando prácticamente obsoleta la configuración de la planta. Las fábricas pasaban a extenderse horizontalmente en lugar de en varias plantas verticales, facilitando el transporte entre áreas y reduciendo los ‘tiempos muertos’.

Con la construcción de las instalaciones de Miriafiori, el protagonismo de Lingotto fue reduciéndose y en los distintos planes de adaptación de la misma ha acogido otras propuestas de negocio, entre ellas cines, restaurantes, salas de concierto, exposiciones de arte e incluso un hotel de cuatro estrellas de una importante cadena hotelera. Fue esa pista del tejado la que apenas se inmutó al paso del tiempo, a pesar de que la torre de control situada en el centro sí que fue reacondicionada e incluso estrenó una bóveda acristalada que se encargada de presidir de forma imponente la antigua factoría.

Sin embargo, con la llegada del Siglo XXI, la familia Elkann-Agnelli se planteó la opción de actualizar también la pista de pruebas y darle una nueva vida convirtiéndola en el mayor jardín colgante de Europa. Hasta 40.000 plantas, incluyendo huertos ecológicos, tienen desde hoy su espacio en lo más alto de Lingotto, la cual ha mantenido parte de la histórica pista para que los visitantes que se acerquen puedan rodar sobre ella con vehículos eléctricos, desde automóviles, hasta patinetes o bicicletas.

El proyecto, bautizado con el nombre de La Pista 500 ha estado dirigido por el arquitecto Benedetto Camerana y asistido por la botánica Cristiana Ruspa, aprovechando su lanzamiento precisamente en el momento en el que el FIAT 500 afronta su tercera generación, la primera completamente eléctrica.