SE CONVIRTIÓ EN UN MODELO QUE TODO EL MUNDO QUERÍA TENER
Esta semana en Centímetros Cúbicos realizamos un recorrido por la extensa historia de del Toyota 'AE86' uno de los modelos más icónicos de Toyota que cumple 40 años, y que ha ido evolucionando y adaptándose a lo largo de los años
Los años 80 y 90 fueron la edad de oro del automóvil en Japón. En esa época, nacieron varias leyendas que marcaron los corazones de los aficionados a los coches. Hubo uno en concreto que, pese a no tener mucho éxito inicial, hoy en día es todo un icono para los amantes de los coches y no es otro que el Toyota Sprinter Trueno
Quizás, si hablamos del Toyota Corolla Levin o Sprinter Trueno, no lo ubiquéis tan rápidamente, pero la cosa cambia si hablamos del “AE86”. Es un coche legendario para la cultura japonesa y, en concreto, para toda la comunidad del drifting. Un icono que cumple este año 40 primaveras.
Su andadura comenzó en 1983 y, su nombre “AE86”, tenía un significado: la “A” indicaba el motor que llevaba -denominado 4A-GE-; la “E” hacía referencia al modelo Corolla; el “8” representaba la quinta generación de ese coche, llamada E80; y el “6” a la versión específica dentro de esa generación. Vamos, que de ahí que en su país de origen le conociesen como “Hachi Roku”, que significa “8-6” en japonés.
Esta quinta generación se lanzó en dos versiones diferentes: , el más conocido, y el Toyota Corolla Levin. La diferencia principal entre ellos era que, este último, tenía faros convencionales y el Sprinter Trueno unos escamoteables; además de pequeñas diferencias estéticas en paragolpes y luces traseras. En total hubo cuatro AE86, pero fuera de Japón no estuvieron todas disponibles. De hecho, en Estados Unidos solo se vendió el AE86 Trueno, denominado allí Corolla GT-S y, a Europa solo llegó el Levin, como Corolla GT. De hecho, es un modelo que no llego a la España peninsular, pero sí pasó por las Islas Canarias y por Portugal.
Por esta razón, se suelen importar desde allí o, de nuestro país vecino, porque en Portugal también se vendió. Esta versión fue el último Corolla con propulsión trasera, algo que le hizo bastante especial en Japón. Estaba disponible en dos carrocerías: coupé de dos puertas y un hatchback de tres. También sorprendió por sus avances tecnológicos, como control de crucero, espejos regulables, dirección asistida, climatizador o elevalunas eléctricos.
Era un coche ligero, de 923 kilos, pequeño y divertido de conducir. Con una mecánica atmosférica de 1,6 litros y 128 CV, que alcanzaba casi las 8.000 vueltas. Ese juguetón motor, un eje rígido detrás, propulsión trasera y un reparto de pesos perfecto, dio lugar a un cóctel muy atractivo para los amantes del Drift.
Y poco a poco comenzó a ganar popularidad. Primero, gracias a Keiichi Tsuchiya, considerado como “Drift King” o el Rey del Drift en Japón, que comenzó a utilizar este coche cuando competía antes de ser piloto profesional. Después de su éxito en las carreras, la fama de este pequeño deportivo subió como la espuma. Y ya como colofón, gracias al manga y, posteriormente anime "Initial D", en el que el protagonista conducía un Toyota Sprinter Trueno AE86, se elevó a este modelo a la categoría de leyenda.
Se convirtió en un modelo que todo el mundo quería tener. De hecho, tuvo una copa monomarca en Portugal, participó en el Británico de Turismos, y también en Rallyes y las 24 horas de SpaTras su cese de producción en 1987, el AE86 se volvió un coche muy cotizado en todo el mundo, del que se esperaba un digno sucesor de este modelo. Pero no fue hasta 25 años después cuando, de nuevo, el apellido 86 volvió al mercado.
Fue presentado en 2011 durante el Salón de Tokio, como sucesor espiritual del mítico AE86. Aterrizó un año después con un diseño llamativo, deportivo y funcional, junto con la misma filosofía de su predecesor. Un deportivo económico, con propulsión trasera y motor atmosférico de 200 CV. Como ocurrió en su día con el AE86, fue un modelo que no tuvo un éxito excesivo de ventas. Aunque con el tiempo, se le ha reconocido como uno de los deportivos más divertidos de los últimos años.
Y saltamos al presente con la llegada de la nueva generación de este modelo: el GR86. En este caso, con un diseño que evolucionaba hacia una apariencia más afilada; aunque el cambio más importante y, también el más esperado, late debajo del capó.
Con el GR86 se quería mejorar todos los puntos en los que el GT86 flojeaba, como el funcionamiento del motor en la zona baja del cuentavueltas. En este sentido, el bloque ha pasado a ser de 2,4 litros, antes de 2 litros, y 234 CV de potencia. Gracias a ello, ahora, su 0-100 km/h es en 6,3 segundos; 1,3 segundos más rápido que antes, además de mayor fuerza y más patada a bajas vueltas.
Es sorprendente que, con el avance imparable de la electrificación, todavía sigan llegando al mercado modelos tan pasionales como este… Disfrutemos mientras podamos. Es difícil hacerse con una unidad del Toyota AE 86 de los 80, pero aún queda tiempo para disfrutar de coches que, como mínimo, continúen su apasionante legado.
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