Siempre hemos tenido en la cabeza el hecho de que beber y conducir no pueden -ni deben- ir de la mano. Los accidentes causados por son numerosos aún a día de hoy, dando lugar a
trágicas consecuencias que podrían ser evitadas si todos los conductores estuvieran plenamente concienciados. Al volante, ni una gota de alcohol. Pero...¿qué pasa si se trata de otro tipo de bebidas? ha publicado un estudio realizado en 2015 en colaboración con la Universidad de Loughborough, Reino Unido, en el que se revelan
datos muy alarmantes respecto a algo en apariencia tan simple y fácilmente solucionable como la deshidratación al volante. Y es que la deshidratación al volante comporta una serie de riesgos que incluyen, entre otros, una falta de respuesta ante situaciones de emergencia. Tal es así, que
los conductores del estudio que sólo habían bebido un sorbo de agua cada hora (25 ml) cometieron más del doble de errores en circulación que aquellos conductores correctamente hidratados. Estos errores pueden ser desde invasiones de carril hasta lentitud en una frenada de emergencia. Muchos conductores no son capaces de identificar la deshidratación a pesar de sus síntomas, que van desde
dolores de cabeza hasta sequedad bucal, pasando por picor ocular o dolor de cabeza. Por eso, Nissan anima a los conductores a conducir siempre correctamente hidratados, llevando como acompañante una buena botella de agua que nos permita rehidratarnos siempre que lo necesitemos. En Centímetros Cúbicos: |