Tras las suspicacias, SSC North America decidió repetir el intento
Superar a un Koenigsegg Agera RS no es algo de lo que se pueda presumir todos los días y el Tuatara ha demostrado tener potencial para acercarse a los 500 km/h.
Ahora ya no habrá ningún tipo de suspicacia. Después de su primer intento de conseguir el récord de velocidad para un vehículo de producción, surgieron numerosas voces que aseguraban que el vídeo publicado por SSC North America con su Tuatara volando sobre el asfalto para reclamar dicha plusmarca presentaba serias inconsistencias. La telemetría, la imagen que no correspondía con los datos del HUD, incluso la velocidad del metraje. Todo parecía estar modificado. A estas acusaciones, Jerod Shelby recogió el guante, aseguró que se trataba de un problema de edición de vídeo y que no solo lo solucionarían, sino que harían un nuevo intento al que estaban invitados todos los 'negacionistas'.
Los 1.750 CV del SSC Tuatara se volvían a poner sobre el asfalto, en esta ocasión no el de la Ruta 160, sino que recibía el visto bueno para emplear una de las pistas de aterrizaje de transbordadores que tiene el campo de pruebas Johnny Bohmer, en el Centro Espacial Kennedy en Florida. No es la primera vez que vemos un intento sobre su asfalto, incluso en el pasado ya hemos visto al Hennessey Venom o el McLaren Speedtail realizando sus propios intentos allí.
Los resultados del Record Mundial de velocidad punta para un vehículo de producción se toman haciendo las medias de dos intentos, con el primero registrando una velocidad de 450,1 km/h, mientras que apenas 50 minutos después, el SSC Tuatara sería capaz de catapultarse a través de la pista a 406,4 km/h, lo que le ha permitido fijar la nueva plusmarca en una velocidad media de 455,3 km/h. Los registros son impresionantes, más aún si decimos que cuando estaba cerca de la velocidad máxima, el SSC siguió empujando para pasar de los 441 a los 460 km/h en apenas 2,87 segundos, lo que habla mucho y muy bien sobre de las capacidades del hiperdeportivo norteamericano.
El motor V8 biturbo de 5.9 litros alimentado por E85 bramó en esta ocasión a fondo, con Larry Caplin detrás del volante de su propia unidad y con una estrategia ligeramente distinta a la del anterior récord, ya que prácticamente pisó a fondo el acelerador durante 40-50 segundos, mientras que en el primer intento la progresión de velocidad fue mucho más lenta y corta. De esta forma, El Tuatara conseguía volatilizar la anterior plusmarca, la conseguida por el piloto Niklas Lilja con el Koenigsegg Agera RS que fue capaz de lograr 447,19 km/h en noviembre de 2018.
Ahora el objetivo que se ha marcado el fabricante no es otro que el de tratar de batir la marca de las 300 millas por hora, algo más de 482 km/h, en una cifra que sin duda serviría para poner muy alto el listón para todo aquel que le quiera discutir al SSC Tuatara el título del vehículo de producción más rápido del planeta. Seguramente, Koenigsegg, Bugatti o Hennessey no han dicho tampoco su última palabra.