SE FABRICAN EN LA MISMA PLANTA
Las dos marcas japonesas anunciaron en 2019 que la siguiente generación de sus deportivos coupés estaba garantizada y la darían a conocer en 2020.
“Ya no aceptamos pedidos para la fabricación por encargo del Subaru BRZ. El modelo sólo puede adquirirse si está en stock”. Con este mensaje, replicado por Autocar, anunciaba Subaru el final de la producción del deportivo al que da forma de la mano de Toyota. ¿Significa esto que después de ocho años tenemos que decirle adiós de manera definitiva?
Vayamos por partes. Por el momento, si estabas pensando en hacerte con este coupé de cuatro plazas… tendrás que conformarte con las unidades que haya en los diferentes concesionarios. Tal y como ha anunciado Subaru, al alcance de los consumidores sólo quedarán las unidades del BRZ existentes en los concesionarios y no tendremos la oportunidad de configurarlo o de personalizarlo a nuestro antojo.
Sin embargo, no todo son malas noticias. Según la misma publicación que hemos citado antes, la decisión de la marca japonesa atendería a una razón: la inminente llegada de la nueva generación del Subaru BRZ. Lo cierto es que tendría sentido un movimiento así si, además, tenemos en cuenta que de un tiempo a esta parte han lanzado varias ediciones especiales. Una estrategia que muchas marcas emplean para potenciar las ventas cuando se acerca el final de ciclo de un modelo y el cese de su producción.
Antes de que acabe el año
El mismo comportamiento está teniendo Toyota con el Toyota GT86, que se fabrica en la misma línea que el BRZ. Ambas confirmaron en 2019 que los dos modelos tendrían un sucesor que conoceríamos este mismo verano, pero el coronavirus habría trastocado los calendarios de los fabricantes japoneses. Todo apunta a que las nuevas generaciones del BRZ y del GT86 llegarán antes de que acabe 2020.
¿Qué han preparado Subaru y Toyota? Todas las apuestas dan por hecho que este par de coupés irán asentados sobre la plataforma TNGA de Toyota, tendrán una puesta a punto específica y estarán alimentados por un motor bóxer sobrealimentado de cuatro cilindros firmado por Subaru. En este sentido, los rumores apuntan al bloque que equipan el Legacy y el Ascent: un 2.4 con 260 CV de potencia que estaría acompañado por un motor atmosférico 2.4 con algo menos de fuerza, 220 CV.