LA POLÉMICA EN TORNO A LOS RADARES VELOLASER CONTINÚA
Los radares Velolaser siguen demostrando grandes fallos en su funcionamiento, lo que ha llevado a la policía de Burgos ha devolver el suyo.
Tras la incorporación de 60 radares móviles Velolaser la pasada Semana Santa en la DGT, este tipo de dispositivos también han llegado a otros cuerpos policiales para el control del tráfico. De este modo son bastantes las ciudades donde podemos encontrar este nuevo radar, sin embargo en Burgos acaban de prescindir de los servicios del Velolaser por la sencilla razón de que no funcionan todo lo bien que deberían.
Sí, pese a ser uno de los radares más avanzados del momento, el radar móvil Velolaser falla... y falla bastante. Los radares Velolaser emplean la tecnología Lidar, un sistema que pretende ser el sucesor de los sistemas de medición por microondas que emplean los radares convencionales. Gracias a la tecnología Lidar se consigue un importante reducción de costes, tamaño y complejidad en los dispositivos, sin embargo también ofrece inconvenientes como la necesidad de condiciones de uso más estrictas para la correcta medición de los vehículos que intercepta.
El radar Velolaser emite un pulso de luz infrarroja que debe rebotar en el vehículo y volver al radar, repitiendo este pulso una segunda vez para conseguir dos referencias de tiempo y distancia y así calcular la velocidad del vehículo. Fruto de este funcionamiento existen variables que pueden afectar a la correcta medición y detección de vehículos como posicionamiento del propio radar, modo de funcionamiento, cobertura, condiciones metereológicas, etc. El resultado es que la policía de Burgos ha detectado que el radar Velolaser no es capaz de identificar a todos los vehículos que pasan frente a él, por lo que tampoco es capaz de realizar siempre correctas mediciones.