EFECTIVO Y MUY BARATO
La batería es uno de los elementos que más sufre en nuestros coches, especialmente en los meses más fríos del año. Si nuestra batería no está al 100% conviene cuidarla lo mejor posible con gestos que alargarán la vida útil de un componente que, además, no resulta especialmente barato de sustituir.
Con la llegada del frío, especialmente si se trata de frío intenso como el que estamos viviendo estos días en prácticamente todo el país, nuestros coches revelan sus debilidades mecánicas. Este hecho se hace especialmente patente en los vehículos que se estacionan en la calle durante la noche y, en definitiva, están expuestos a las temperaturas más bajas durante largas horas. Un buen mantenimiento hace que estos problemas sean mucho más difíciles de ver, pero es cierto que hay algunos elementos de nuestros coches que sufren más que otros.
Uno de los puntos débiles de nuestros vehículos es la batería de arranque: pese a que con el paso del tiempo han evolucionado y cada vez son más resistentes y avanzadas, lo cierto es que es un elemento que apenas ha variado en forma y función desde hace décadas, siendo la encargada de suministrar la energía suficiente para que se produzca el arranque del motor. Con el frío las baterías sufren mucho más, de manera que una batería que no esté al 100% puede dejar de arrancar tu coche si tiene que enfrentarse a una situación de frío extremo.
Eso sí, hay maneras de evitar llegar a esa situación o, al menos, retrasarla lo máximo posible. Una de ellas es utilizar vaselina en nuestra batería, sí, la misma vaselina que podemos aplicar en nuestro cuerpo para hidratar y lubricar la piel. ¿Cómo funciona y en qué consiste este truco?
El truco de la vaselina para la batería del coche
Seguro que sabes que para que la energía que la batería almacena en su interior llegue a los diferentes sistemas eléctricos del coche, éste último cuenta con una instalación eléctrica que se conecta a la batería a través de los llamados bornes, dos terminales de gran tamaño que están en permanente contacto con los dos polos de la batería, tanto el positivo como el negativo. En esa conexión entre batería y vehículo es donde pueden producirse problemas de sulfatación y oxidación que afectan gravemente a la batería.
Esa sulfatación hace que la electricidad no fluya tan fácilmente entre batería y vehículo, forzando a la batería a trabajar de manera mucho más intensa para liberar la energía que almacena. Es ahí donde entra la vaselina en juego: es tan fácil como untar vaselina con nuestros propios dedos ambos terminales de la batería de manera generosa, algo que no supone ningún problema si lo hacemos de uno en uno. Una vez ambos terminales de la batería estén generosamente engrasados, podremos conectar los cables del coche.
La vaselina actúa como aislante tanto de la humedad como de agentes externos y, a su vez, asegura una conductividad eléctrica correcta entre batería y cableado, haciendo que la batería trabaje de manera mucho más sencilla a la hora de transmitir su energía al vehículo, alargando así su vida útil y minimizando el riesgo de avería prematura.