DEPENDE DEL TIPO
Desde hace varios años se eliminó esa condición para conservar la garantía normal, pero la cosa cambia cuando se trata de la comercial.
Todos los coches cuentan con un calendario de revisiones que debemos respetar y cumplir para garantizar su buen estado y su correcto funcionamiento. Cuando se trata de un modelo que hemos comprado nuevo, además, es una condición para conservar la garantía que protege a ese vehículo: ¿qué pasa si pasamos las revisiones en un taller que no es oficial?
Las pautas para mantener nuestro coche a punto vienen marcadas por la propia marca y aunque cada una tiene sus plazos, estos suelen ser muy parecidos en todos los casos. El primer paso por el taller llega cuando hemos recorrido 15.000 kilómetros o después de un año de uso, lo que primero se cumpla. La segunda es aconsejable hacerla cuando acumulamos 30.000 kilómetros y la tercera con 60.000.
Ahora bien: ¿podemos elegir libremente dónde llevar a cabo estas operaciones? Las marcas de coches obligaban a los conductores a realizar estas revisiones en el servicio post-venta del concesionario o en su red de talleres oficiales para conservar esa garantía. Hace algo más de diez años esta condición indispensable desapareció.
El Reglamento 461/2010
La Comisión Europea dio forma al Reglamento 461/2010, que determina lo siguiente: “La garantía no debe estar condicionada a que el usuario final encargue los trabajos de reparación y mantenimiento que no estén cubiertos por ese respaldo a redes autorizadas de reparación del fabricante del vehículo”. O lo que es lo mismo: un conductor puede llevar a cabo las labores de mantenimiento de su coche en los concesionarios de la marca, en los talleres oficiales, en los multimarca o en el suyo de confianza.
Al mismo tiempo se reguló el uso de recambios. El citado reglamento establece que no es obligatorio “el uso de la marca de recambios del fabricante” cuando tengamos que reemplazar una pieza que no está cubierta por la garantía. Por lo tanto, siempre que se respeten las condiciones y plazos establecidos, reparar el coche con piezas de diferente origen no hará peligrar la garantía original.
Esta decisión tiene un doble foco: amparar al conductor, pero también a los talleres de reparación independientes y a los canales alternativos de producción y distribución de recambios. De esta forma, se evita que el consumidor pague más por los servicios de reparación y mantenimiento.
Garantía comercial
No obstante hay que tener en cuenta un matiz: todo esto afecta a la garantía normal de dos años. La cosa cambia cuando es la marca la que ofrece la posibilidad de ampliar esa protección con una garantía comercial ya que ésta tiene unas condiciones diferentes. Será el contrato que une al conductor con el fabricante el encargado de determinarlas, pero aquí lo normal es que sí exijan acudir a talleres oficiales para conservar esa extensión. En este caso, el usuario no podrá acudir a un taller independiente.