¿AIRE ACONDICIONADO O VENTANILLAS BAJADAS?
Con el calor del verano ya en pleno auge todo conductor quiere refrescarse pero, ¿qué método es mejor para nuestro bolsillo?
El verano ya está atizando sin piedad con sus altas temperaturas, provocando que sean muchos los españoles los que tengan que pasar el día entero con el aire acondicionado. Y esta situación también se extrapola al coche, medio de transporte con el que queremos ahorrar lo máximo posible y que puede conseguirse si elegimos el método de ventilación adecuado.
Y es que son muchos los que dudan entre si bajar la ventanilla o encender el aire acondicionado, especialmente porque no se sabe muy bien cuál de los dos sistemas incrementa más el consumo de carburante. Así, en muchas ocasiones se opta por bajar las ventanillas pese al ruido que puede generar el viendo y a que entra en el coche, fundamentalmente, aire caliente pero, ¿realmente es mejor para el consumo?
Así, y centrándonos en las ventanillas, abrirlas permite que circule el aire por dentro del habitáculo, aunque con la desventaja del ruido que generan y la resistencia aerodinámica, aspectos que aumentan cuanto más las abramos y cuanto más rápido circulemos. En un sistema básico y sencillo que, además de perjudicar el consumo, a partir de cierto momento resulta incómodo.
Sin embargo, diversos estudios aseguran que circular con las ventanillas bajadas hasta los 70 u 80 km/h puede resultar más beneficiosos para le eficiencia frente al aire acondicionado. Pero al alcanzar una velocidad superior a la mencionada, llevar las ventanillas abiertas no solo carece de sentido por el aumento de gasto de combustible debido a la mayor resistencia aerodinámica, sino también por las molestias que puede ocasionar para el conductor y para los pasajeros.
De esta forma, entra en juego el aire acondicionado. Estamos hablando de un sistema con muchos años a sus espaldas, siendo menos eficiente en sus primeros compases. Pero ahora se trata de una tecnología avanzada capaz de regular de manera inteligente la temperatura del habitáculo.
Para ello, se recurre a un compresor que es movido por el propio motor, siendo este su principal hándicap. Y es que cuanto más aire queramos más haremos trabajar al compresor y, por ende, al propulsor, aumentando así el consumo de carburante. Sin embargo, resulta más eficiente llevar encendido el aire acondicionado cuando circulamos a alta velocidad.