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Peugeot 3008, a prueba: un SUV dispuesto a dar mucha guerra

Peugeot 3008, a prueba: un SUV dispuesto a dar mucha guerra

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El nuevo Peugeot 3008 no es otra cosa que la consecuencia del cambio de tendencias de los clientes europeos, y la moda del SUV. Hace siete años conocíamos a la primera generación del Peugeot 3008, un monovolumen compacto que no tardaría en aproximarse a esa idea apostando por un concepto propio de crossover, a medio camino entre el monovolumen y el SUV, animado sobre todo por versiones de aspecto más campero, e incluso un Hybrid4, que además de híbrido diésel ofrecía una suerte de tracción a las cuatro ruedas. Esa idea hemos de descartarla en el nuevo Peugeot 3008, que ahora sí se ha convertido en un auténtico SUV, y en una apuesta realmente competitiva, capaz de plantar cara con garantías a los líderes del segmento, a productos como el Nissan Qashqai, el Hyundai Tucson, o el Kia Sportage. En un primer vistazo es fácil constatar esa evolución, el hecho de que el Peugeot 3008 sea un auténtico SUV. Es algo y robusto, cuenta con protecciones de plástico negro en defensas, bajos y pasos de rueda. Probablemente estemos ante uno de los ejercicios de diseño más atrevidos de Peugeot, que lejos de buscar una estética sencilla, y en la línea de productos como Peugeot 308 o Peugeot 2008, ha tomado ciertos riesgos con un diseño más agresivo y polarizante. En algunos aspectos podría parecernos recargado. Pero no nos quepa la menor duda de que el éxito de muchos SUV que apostaron por un diseño tan atrevido es una garantía para atraer a muchos clientes. Pero si el exterior te parece atrevido, prepárate para lo que viene a bordo del Peugeot 3008, puesto que el aspecto más innovador lo tenemos precisamente en su interior.
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El Peugeot 3008 nos ha parecido un coche que, en carretera, está a la altura de los mejores de su categoría. Tiene buena pisada, la calidad de rodadura en términos como sonoridad y confort es más que aceptable, y aunque su dirección transmite muy poco, y está demasiado asistida, se siente cómodo negociando curvas, por un chasis bien plantado con muy poco balanceo. Estará disponible con motores diésel y gasolina entre 100 y 180 CV de potencia, a los que en 2019 se unirá una variante híbrida y enchufable que podría llegar hasta los 300 CV de potencia. En nuestra prueba, el 1.6 BlueHDI de 120 CV de potencia nos ha parecido una garantía de prestaciones suficientes y consumos muy bajos y, aunque no sea demasiado potente, basta para un coche que es muy ligero gracias a un intenso trabajo de aligeramiento que comprende, por ejemplo, la instalación de un portón trasero ensamblado en un compuesto plástico. En cualquier caso, el 2.0 BlueHDI de 150 CV es una opción más que recomendable para aquellos que quieran un coche con suficiente potencia y garantías en todo tipo de condiciones. Incluso el 1.2 PureTech de 130 CV, contundente abajo, nos ha parecido una opción sumamente interesante. En el 1.6 THP de 165 CV quizás echáramos en falta algo de potencia, para un motor que sobre el papel debería ser más rápido. Y el 2.0 BlueHDI de 180 CV del Peugeot 3008 GT nos convenció por su contundencia, así como por los ajustes y el tarado deportivo del chasis que solo se ofrece en esta combinación de acabado y potencia.
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Tampoco deberíamos descartar sus cambios automáticos, basados en convertidor de par. Un cambio suave y rápido con el que no echamos de menos un doble embrague. Por curioso que resulte, el Peugeot 3008 prescindirá de alternativas de tracción total, hasta el lanzamiento de un híbrido que gozará de una suerte de tracción a las cuatro ruedas gracias a la disposición de los motores eléctricos. En su lugar, Peugeot ofrecerá un paquete opcional (en torno a 700€ en acabados básicos Active y en torno a 300€ en acabados Allure, GT Line y GT) denominado Pack Motricidad, que ofrece neumáticos M+S, sistema Grip Control (que ayuda a ganar tracción en terrenos deslizantes) y un control de descenso de pendientes (Hill Assist Descent Control), para aquellos que necesiten enfrentarse a pistas de tierra, barro, o incluso nieve. Peugeot justifica la decisión de no haberlo dotado de tracción a las cuatro ruedas por su baja demanda, por el pequeño espectro de compradores que necesita un SUV con tracción a las cuatro ruedas y por la presencia de un Pack Motricidad que es más que suficiente para aquellos clientes que quieran salir del asfalto.
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Decíamos que lo mejor está a bordo del Peugeot 3008. Y basta ver la imagen superior para comprender de qué hablamos. Peugeot sigue apostando por un cuadro de instrumentos que se contempla por encima del volante. Una instrumentación que por primera vez será completamente digital, lo que la marca denomina como Peugeot i-Cockpit. Nos ha gustado porque el sistema es muy intuitivo, y sus indicaciones muy claras y bien pensadas para que podamos configurarlo de forma que puedan contemplarse sin distracciones las indicaciones del navegador, por ejemplo. Goza de unos gráficos con buen gusto, menos coloridos y - personalmente - menos propensos a distraernos que los presentes, por ejemplo, en la nueva instrumentación digital de Audi y Volkswagen. El hecho de contemplar la instrumentación por encima del volante conlleva ciertos daños colaterales. La consecuencia más clara es el hecho de que el Peugeot 3008 goce de un volante extremadamente pequeño, que además has de colocar en una posición inusualmente baja, y cuyo aro está achatado por arriba y por abajo. Esta solución me resultó mucho más cómoda y natural en el Peugeot 208 y el Peugeot 2008. En el Peugeot 3008 es algo a lo que nos acabamos acostumbrando, y ciertamente ayuda a maniobrar con agilidad en lugares estrechos, aunque a priori resulte extraño, sobre todo por el hecho de encontrarnos con que la parte superior e inferior del volante sea recta, por contar con un aro achatado.
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En el Peugeot 3008 también destaca su inmensa consola central, o un salpicadero dominado por una buena pantalla táctil para el equipo de entretenimiento y una serie de controles - con botones al estilo de un piano - que nos facilitan navegar por las diferentes opciones. Recordemos que el Peugeot 3008, como en otros modelos de Peugeot y de Citroën, requiere de esa pantalla para ajustar el climatizador o manejar el equipo de sonido. Eso ha redundado en un salpicadero más despejado de botones, pero en ocasiones resulta poco intuitivo tener que manipular la pantalla táctil para cualquier acción, como subir la temperatura del conductor o su acompañante, de su climatizador bizona. La calidad percibida en el Peugeot 3008 es realmente alta. Se han combinado, con acierto, materiales sencillos y modestos, como plásticos duros, con otros más aceptables, como plásticos mullidos. También se han incorporado materiales mucho más agradables y nobles, como inserciones textiles en gama Allure, e incluso inserciones de madera en las versiones GT que harían enrojecer a algún fabricante premium.
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En general, hemos de reconocer que el Peugeot 3008 nos ha parecido un producto redondo, de calidad. Llega a los concesionarios españoles con un precio que parte de los 23.450€ del Active con motor PureTech de gasolina y 130 CV de potencia. En diésel, está disponible desde los 23.850€ del 1.6 BlueHDI de 100 CV y los 24.950€ del 1.6 BlueHDI de 120 CV de potencia. Precios que incluyen descuentos promocionales. A partir de ahí las opciones disponibles son muy elevadas. Para aquel que no requiera recorrer muchos kilómetros, el PureTech 130 CV con acabado Allure por 25.700€ nos parece una gran opción. Para recorrer más kilómetros, un diésel como el 1.6 BlueHDI de 120 CV y acabado Allure por 27.200€ es una opción interesante, y aún más el 2.0 BlueHDI de 150 CV POR 29.000€. Por el mismo precio, por 29.000€, también tenemos el diésel de 120 CV y cambio automático. Cerrando la gama, nos encontramos con un Peugeot 3008 GT hasta arriba de equipamiento, automático, y con un motor diésel potente, que ya alcanza los 35.600€.