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Sobriedad y deportividad a partes iguales, la receta del Volkswagen Golf más rápido que puedes comprar

Prueba del Volkswagen Golf R: quién dijo que un deportivo no era para todos los días

Probamos a fondo el Volkswagen Golf R, la especificación más rápida y potente de la gama, una receta que lo convierten en uno de los Hot Hatch de referencia

Volkswagen Golf RDavid Clavero

No cabe la menor duda de que el mercado de los Hot Hatch o compactos deportivos está al rojo vivo con el despliegue de modelos y planteamientos que existen en estos momentos. Pero si hay una receta que siempre consigue colarse entre los favoritos del público esa es sin duda la que ofrecer el Volkswagen Golf R, una fórmula además bastante diferenciada a todas sus rivales por el binomio sobriedad/deportividad que defiende y que hoy vamos a poner a prueba.

El Volkswagen Golf R se coloca en lo más alto de la gama Golf como el máximo exponente de prestaciones. Ello es posible gracias al uso de un motor 2.0 TSI con 300 CV de potencia máxima asociado a un cambio automático DSG de doble embrague con 7 relaciones y tracción total 4Motion. Pero del mismo modo, pese al despliegue técnico, encontramos una clara apuesta por la sobriedad con un diseño exterior e interior que huye de los excesos que por ejemplo vemos en modelos como el Honda Civic Type-R. Frente a todos sus rivales el Golf R es claramente el compacto deportivo que más desapercibido pasa.

Volkswagen Golf R | David Clavero

Pero sigamos con la receta técnica. Además de su grupo motopropulsor específico nos encontramos un equipo de suspensiones con amortiguación activa, equipo de frenos de alto rendimiento, llantas de 19” calzadas con neumáticos Michelin Pilot Sport Cup 2 y un escape en titanio firmado por Akrapovic que consigue una melodía realmente adictiva. Tanto frenos como escape corresponden a elementos opcionales, pero sin duda hablamos de extras de obligada adquisición dadas sus prestaciones.

Volkswagen Golf R | David Clavero

Si nos adentramos en su habitáculo nos encontramos la misma sobriedad que reina en el exterior, sutiles pinceladas en inserciones y tapizados nos indican que estamos ante un Golf especial. El objetivo es el mismo, pasar desapercibidos llevando al extremo la idea de “lobo con piel de cordero”. En el caso de nuestra unidad de pruebas, carrocería de 3 puertas, la estética luce un punto más deportiva, pero es inevitable echar de menos las 5 puertas a poco que queramos acomodar alguien en las plazas traseras. El espacio interior es muy bueno, como el de cualquier otro Golf, con las últimas novedades en infoentretenimiento como es el cuadro de instrumentos digital de 12,3” o la pantalla multimedia de 10,1” desde donde podemos configurar los diferentes parámetros de la conducción.

Volkswagen Golf R | David Clavero

No podemos negar que en el interior echamos de menos algún punto más de carácter, algún toque más “racing” en el diseño del habitáculo, pero sobre todo echamos en falta unos asientos deportivos “opcionales” que en su momento sí que existían. A la hora de ir rápido los actuales asientos cumplen, pero no pueden negar su mayor interés en el confort, lo que se agradece en el uso diario a costa de perder soporte para el cuerpo.

Volkswagen Golf R | David Clavero

¿Pero cómo va el Golf R? Si hemos de resumir en una única palabra qué es el Golf R la palabra adecuada sería “efectividad”. El cóctel de este Golf hipervitaminado ofrece una capacidad de tracción y control realmente impresionante. Las bondades de una tracción total se suman a unas gomas que se adhieren al asfalto sin dudar, gestionando los 300 CV de forma intachable por muy alto que impogamos el ritmo. Solo es en el cambio DSG donde a ritmo elevado encontramos algún reparo, pues tras una conducción exigente se hace evidente como el cambio pierde capacidad haciendo ver el estrés que supone lidiar con las posibilidades de su motor turboalimentado.

Volkswagen Golf R | David Clavero

Sin embargo no siempre vamos a ir con el cuchillo entre los dientes, momento donde el Golf R más brilla, demostrando las razones tras su planteamiento más sosegado. Pese al alto nivel prestacional que brinda cuando es exprimido, en ningún momento hemos encontrado un comportamiento demasiado radical, ni siquiera unas suspensiones que fatiguen pese a contener con gran entereza la carrocería. La difícil receta de tener un verdadero deportivo válido para todo es cumplida por el Golf R con verdadera maestría demostrando ser el mejor en este punto. Frente al Golf R podemos encontras coches más deportivos, también coches más usables para el día a día, pero ninguno que cumpla en ambos apartados tan bien como los consigue el compacto de Volkswagen.