INTERESANTE PROYECTO PILOTO EN NUEVA YORK
Acaba de ponerse en marcha en Estados Unidos un proyecto que promete poblar las aceras de las ciudades de puntos de recarga, los cuales permiten, además, ganar cierta cantidad de dinero a los propietarios de los edificios de cuyas instalaciones eléctricas se nutren.
Existen numerosas barreras a las que los ciudadanos deben enfrentarse a la hora de valorar la adquisición de un vehículo eléctrico. Además de su elevado coste, otro de los problemas que ralentiza en mayor o menor grado la compra de un coche eléctrico es la limitada infraestructura de recarga existente en nuestro país. Con casi 18.000 cargadores de acceso público instalados actualmente en todo el territorio, esta cifra está todavía muy lejos de alcanzar el compromiso adquirido por España con la Unión Europea, que ha establecido un objetivo de entre 80.000 y 100.000 instalaciones de estas características antes de que finalice este mismo año 2023.
A través del Real Decreto-ley 29/2021 se estableció la obligatoriedad de instalar puntos de recarga de acceso público en el entorno de numerosos espacios, como supermercados, centros comerciales, hoteles o centros deportivos. En definitiva, en prácticamente cualquier edificio, que no sea de uso residencial privado, se deberá poner en funcionamiento una estación de recarga cuando cuenten con más de 20 plazas de aparcamiento, con una proporción de un punto de recarga por cada 40 espacios disponibles cuando estos tengan más capacidad.
Sin embargo, para que de verdad el grueso de los ciudadanos se decida por adquirir un vehículo eléctrico, se hace necesario que puedan acceder a cargar su automóvil cuando lo aparcan cerca de su domicilio. En este sentido, las viviendas unifamiliares ofrecen más facilidades para poder hacerlo, así como los garajes colectivos de algunas comunidades de vecinos, donde existe la posibilidad de instalar un punto de carga para uso particular, aunque no sin complicaciones.
La difícil recarga nocturna fuera de las viviendas unifamiliares
Pero, ¿qué sucede con todos los automóviles que pernoctan junto a la acera? Poder ofrecer un sistema de puntos de recarga instalados en nuestras calles y accesibles para cualquiera se presenta como una opción que podría estimular a los conductores a cambiar sus vehículos de combustión por automóviles eléctricos. En la ciudad de Nueva York, la startup Itselectric, en colaboración con Hyundai Cradle, la división de la marca surcoreana dedicada a las soluciones de movilidad, acaba de poner en marcha un interesante proyecto piloto, consistente en instalar una serie de puntos de recarga en las aceras que se nutren de las instalaciones eléctricas de los edificios adyacentes.
Por ahora, solo han puesto en funcionamiento tres de estos cargadores, que pronto se complementarán con otros tres, situados en una localización diferente, para iniciar una fase de pruebas de seis meses. Son cargadores de corriente alterna a 240 voltios y de nivel 2. Por tanto, son apropiados para que los automóviles eléctricos recuperen su autonomía durante la noche, a baja potencia, protegiendo además la vida útil de su batería. Por lentas que puedan parecer estas operaciones, resulta una opción mucho más cómoda que tener que desplazarse a un centro comercial o cualquier otro lugar a buscar el cargador de acceso público pertinente, donde, además, habrá que contar con que no esté ocupado en ese momento por otro vehículo.
Las instituciones públicas del Estado de Nueva York, donde también se ha establecido ya la prohibición de venta de nuevos automóviles a combustión para 2035, apoyan también esta iniciativa. Cabe apuntar que la puesta en marcha de estos puntos de recarga se realiza sin ningún coste para los propietarios de los inmuebles. De hecho, su uso hasta puede reportarles algún beneficio económico, que por ahora los responsables de Itselectric cifran en unos 1.000 dólares anuales por cada punto de recarga. El cofundador de la empresa afirma que ya han recibido más de 400 solicitudes de propietarios que quieren contar con una de estas instalaciones frente a sus inmuebles.
¿Una alternativa interesante para nuestro país?
Una solución de estas características resulta de especial interés en el caso español, donde la escasez de puntos de recarga públicos es preocupante. Además, somos uno de los países de la Unión Europea donde una mayor proporción de la población reside en pisos —el 64,9 %, según datos de Eurostat referidos al año 2018—, y también contamos con un volumen importante de automóviles que duermen junto a la acera —en torno al 70 % del total—.
Bien es cierto que Valencia ya puso en marcha otro proyecto de similares características, consistente en la instalación de 22 puntos de recarga en sus aceras situados en farolas y postes fotovoltaicos, provistos por Iberdrola. Endesa también cuenta con un programa para posibilitar este tipo de soluciones, que son comunes en algunas ciudades europeas, como en la neerlandesa de Arnhem, donde prácticamente la mitad de sus farolas situadas junto a zonas de estacionamiento cuentan con cargadores dobles para coches eléctricos.
Ahora bien, el ejemplo de Itselectric, que retribuye a los propietarios de los inmuebles que acogen estas instalaciones, ofrece quizás más atractivos y, en un país como España, con el potencial que presenta la instalación de placas fotovoltaicas en las comunidades, un planteamiento de estas características puede impulsar también un cambio de paradigma en términos energéticos de mayor calado.
Es por esta razón que un proyecto piloto como este, aunque se esté desarrollando al otro lado del Atlántico, despierta el optimismo a la hora de poder acercarnos en España a una penetración del coche eléctrico similar a la que existe actualmente en otros países de nuestro entorno. Teniendo en cuenta que no se prevé que el precio de los automóviles a baterías se reduzca drásticamente en el futuro próximo, cualquier solución que permita mejorar la experiencia de uso para los conductores de este tipo de vehículos será más que bien recibida.