Una roca de un asteroide

Una impresionante bola de fuego casi tan brillante como la luna llena ilumina el cielo de toda España

Se trata de una roca procedente de un asteroide que viajaba a 72.000 kilómetros por hora. Se ha vuelto incandescente a una altura de unos 81 kilómetros, y se ha podido ver a más de 400 kilómetros de distancia.

El impacto contra la atmósfera de una roca procedente de un asteroide, a 72.000 kilómetros por hora, ha generado esta noche una gran bola de fuego que ha sobrevolado las provincias de Toledo y Madrid, y ha podido ser vista en todo el país debido a que ha llegado a ser casi tan brillante como la luna llena.

El fenómeno, que se ha producido a las 0:58 horas, ha sido captado por los detectores que la Universidad de Huelva tiene instalados en el complejo astronómico de La Hita, en La Puebla de Almoradiel (Toledo), en el marco del proyecto Smart, con el objetivo de monitorizar continuamente el cielo para registrar y estudiar el impacto contra la atmósfera terrestre de rocas procedentes de distintos objetos del sistema solar.

En una nota de prensa, el complejo astronómico de La Hita ha informado de que el análisis que ha realizado el profesor de la Universidad de Huelva y responsable del proyecto Smart, José María Madievo, ha determinado que la bola de fuego ha sido producida por una roca procedente de un asteroide, que ha entrado en la atmósfera a unos 72.000 kilómetros por hora sobre el noreste de la provincia de Toledo.

La bola de fuego ha sobrevolado Madrid y se ha extinguido sobre Fuenlabrada

Debido a esta elevada velocidad, el brusco rozamiento con el aire ha hecho que la roca se haya vuelto incandescente a una altura de unos 81 kilómetros sobre el nivel del suelo, y que se haya generado una bola de fuego casi tan brillante como la luna llena.

Su gran luminosidad ha propiciado que el fenómeno se haya podido observar en todo el país, desde más de 400 kilómetros de distancia. La bola de fuego ha avanzado en dirección noroeste y ha sobrevolado el sur de la Comunidad de Madrid, hasta que se ha extinguido a una altitud de unos 34 kilómetros sobre la localidad de Fuenlabrada y se ha desintegrado totalmente en la atmósfera, sin que ningún fragmento haya llegado al suelo.

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