SEGÚN UN VECINO DE CERCEDILLA
Blanca Fernández Ochoa besó la estatua de su hermano y se santiguó antes de salir al monte
Según ha relatado un vecino de Cercedilla, la medallista le explicó que se dirigía al Pico de La Peñota y éste la vio besando la estatua de su hermano Paquito para después santiguarse.
La medallista olímpica Blanca Fernández Ochoase cruzó poco antes de su desaparición con un vecino de Cercedilla al que dijo que iba al Pico de La Peñota y, antes de alejarse, dio un beso a la estatua de su hermano Paquito y se santiguó.
Así lo han explicado a Efe fuentes de la investigación, que han detallado que los agentes de Homicidios contaban desde esta mañana con la información de que un vecino de Cercedilla había visto a la esquiadora pocos días después de su desaparición, si bien no han concretado la fecha exacta en la que se encontraron.
A este hombre, de unos 40 años, Blanca le aseguró que se dirigía a esa montaña, aunque no llevaba mochila, y al despedirse de él para supuestamente iniciar la ruta le dio un beso a la estatua de su hermano Francisco, que estaba cerca, y se santiguó, según las fuentes. Esta estatua se erigió en Cercedilla en 2006 poco antes de la muerte del medallista olímpico, que aparece con los brazos en alto celebrando un título.
El pico de La Peñota tiene una altitud de 1.945 metros y se alza en el límite provincial de Madrid y Segovia. En la vertiente madrileña, la montaña está dentro del término municipal de Los Molinos (Madrid), en el que reside el guardia civil fuera de servicio que hoy ha encontrado junto a su perro el cuerpo de la mujer.
Hasta el lugar se han desplazado los expertos de la Científica y Homicidios, y la autopsia determinará las circunstancias de la muerte. Lola Fernández Ochoa, hermana de Blanca, ha ayudado a los investigadores a identificar el cadáver y luego ha vuelto al aparcamiento de Las Dehesas, donde está ubicado el puesto de mando y una carpa para los familiares. No ha hecho declaraciones pero ha dado las gracias a los periodistas que están en la zona, visiblemente emocionada.
Blanca Fernández Ochoa, adiós a la mejor esquiadora española de todos los tiempos
Hablar de Blanca Fernández Ochoa es hablar de esquí. Es hablar de la mejor esquiadora española de todos los tiempos. La madrileña es la única medallista olímpica en unos Juegos Olímpicos de invierno que ha dejado nuestro país.
Porque en Calgary no pudo ser, pero en Francia, más concretamente en Albertvile, la española se reivindicó. Una caída evitó que lograra el oro en 1988, pero en 1992 tuvo frente al televisor a todo un país. Apenas fueron 45 segundos de eslalon los que necesitó para llevar el éxtasis a toda España... y para hacer historia.
Allí estaban animándola sus siete hermanos, entre ellos Paco, el pionero del esquí en España y la persona que animó a Blanca a seguir sus pasos tras haber logrado este el oro en Sapporo 72. Ambos llevaban el mismo dorsal, el número ocho. Las portadas de los periódicos reflejaron la hazaña y Cercedilla vivió una gran fiesta.
"Esa medalla a mí me supo a oro. Un orgullo, para el deporte español y para el deporte femenino", afirmó en el programa 'Dónde estabas entonces'.
Es la primera y única mujer española en tener una medalla en una cita olímpica invernal, y unió su nombre al de su hermano Paquito Fernández Ochoa.
Blanca abandonó el esquí profesional ese mismo año, tras haber ganado cuatro pruebas de la Copa del Mundo, haber sido abanderada olímpica en dos ocasiones y recibir el Premio Reina Sofía a la mejor deportista española y la Medalla de Oro de la Real Orden del Mérito Deportivo
Luchadora en la pista, el esquí al que había dedicado su vida profesional quedó en segundo plano y practicó otros deportes. Se casó dos veces y se divorció otras dos. Tuvo dos hijos y asistió con dolor a la enfermedad y la muerte de su hermano Paco, fallecido a los 52 años.
Este mismo año el programa "Dónde estabas entonces" viajó con ella al año 1992, a las mismas montañas y pistas de esquí de Navacerrada donde creció y fue feliz.
Su padre, indignado
Obligan a un niño de cinco años a quitarse la camiseta del Espanyol para poder entrar en el campo del Girona
"El bebé se ha tenido que quitar la camiseta del Espanyol porque dicen que con ella no puede entrar. Terriblemente peligroso. Pueden morir todos. Un niño de cinco años", se escucha decir a su padre.