LOGRARON IMPONERSE EN UN AJUSTADO FINAL
Los asturianos Milín Llamedo y Pedro Vázquez se imponen en el Descenso Internacional del Sella
No siempre se cumplen las predicciones, y si no que se lo digan a los asturianos Milín Llamedo y Pedro Vázquez, que a pesar de no ser favoritos, consiguieron una emocionante victoria en la 82ª edición del Descenso Internacional del Sella.
La pareja formada por los asturianos Milín Llamedo y Pedro Vázquez (Kayak Tudense) ha ganado hoy la 82ª edición del Descenso Internacional del Sella en un apretado final en el que se han impuesto al esprint a los cántabros Julio Martínez y Rubén González (Los Rápidos-Jaire Aventura).
La prueba, en la que participaron 1.144 palistas de 21 países a bordo de 790 embarcaciones, se decidió bajo el puente de Ribadesella tras 20 kilómetros de recorrido que las dos primeras embarcaciones hicieron en cabeza junto a las de Luis Amado Pérez y Miguel Llorens y la de los sudafricanos Hank McGregor y Andy Birkett.
Las cuatro piraguas llegaron juntas al último kilómetro, ya en la ría de Ribadesella, donde sólo el doce veces campeón del Sella, Julio Martínez, optó por portear y atravesar a pie la isla de La Boticaria mientras que el resto decidieron mantenerse en el agua.
No obstante, el porteo no aportó la ventaja esperada a la embarcación cántabra que llegó a la recta final emparejada con las otras tres piraguas para sumarse a un apretadísimo esprint en el que se vieron superados en última instancia por Llamedo y Vázquez.
Llamedo, un apellido histórico en el Sella donde ya ganaron su padre y su tío, había mantenido en duda hasta los últimos días su participación en la prueba después de que no se le autorizara a participar con su compañero habitual, el portugués Leonal Ramalho, segundos en la edición de 2017, al estar prohibidas las embarcaciones formadas por palistas de diferentes países.
El pasado martes el piragüista de Arriondas decidió finalmente sumarse al Sella junto a su paisano Pedro Vázquez, un especialista en maratón que venía de disputar el Mundial de la categoría, lo que puso en duda inicialmente su condición de favoritos en una prueba gana en los últimos ocho años por el asturiano Walter Bouzán y el gallego Álvaro Fernández Fiuza, que este año no participaron.
La tumultuosa salida perjudicó en esta ocasión a la embarcación del leonés José Julián Becerro y del asturiano Miguel Fernández Castañón, que partía de la primera posición, pero que vio como una de sus palas se quedaba enganchada unos segundos en el cepo.
Aunque los a priori favoritos lograron incorporarse a la cabeza de la prueba apenas cinco minutos después de iniciada la prueba, al paso por La Remolina, Becerro y Fernández Castañón se vieron obligados a portear en una zona de bajo caudal lo que les distanció definitivamente del cuarteto que mantuvo la cabeza hasta el final.
Al entrar en la fase final de la prueba, tras superar el puente de San Román a cuatro kilómetros del final, los sudafricanos se pusieron por primera vez en cabeza para afrontar así el paso por la isla de La Boticaria, en la que estaba autorizado el porteo, con la incógnita de quienes optarían por hacerlo o por seguir en el agua.
Julio Martínez, un experto conocedor del Sella, se decantó por esta opción que sólo le dio una ligera ventaja al confluir con las otras tres piraguas en un final en el que Llamedo y Vázquez aprovecharon sus opciones y fueron los más rápidos al esprint para marcar un tiempo de 1 hora 6 minutos y 31 segundos.
La emoción de la llegada de las K-2 se vio superado incluso en el caso de las K-1 donde Borja Estomba y Guillermo Fidalgo atravesaron de forma simultánea la meta bajo el puente de Ribadesella lo que llevó a los jueces a otorgarles una victoria compartida mientras que el tercer luego fue para Kiko Vega.
En categoría femenina el triunfo fue para la pareja formada por Amaia Osaba y Eva Barrios seguidas de Elisabeth Álvarez y Tania Fernández mientras que la tercera posición la ocuparon Fay Lamph y Alice Haws mientras que en K-1 el podium lo conformaron Arancha Toledo, Celia Remis e Isabel Goikoetxea.
Como es tradicional, miles de personas han seguido la prueba desde la salida de Arriondas y hasta la meta de Ribadesella a lo largo del cauce del Sella para sumarse a una fiesta lúdico-deportiva que arranca cada año a los sones del "Asturias Patria Querida".