Alerta en Portugal por la fuga de cinco presos de una cárcel de máxima seguridad cerca de Lisboa

Cinco reclusos, que cumplían penas de siete a 25 años de cárcel, huyeron con "ayuda exterior" de la prisión portuguesa de Vale de Judeus, ubicada unos 70 kilómetros al norte de Lisboa, este sábado.

La Dirección General de Reinserción y Servicios Penitenciarios (DGRSP) explicó en un comunicado que registraron su desaparición a las 10.00 hora local del sábado y que, al analizar las cámaras de seguridad, confirmaron que habían escapado del centro, ubicado en Alcoentre (distrito de Lisboa) "con ayuda externa mediante el lanzamiento de una escalera, que permitió a los reclusos escalar el muro y acceder al exterior".

Por otro lado, el director nacional de la Policía Judicial (PJ) de Portugal, Luis Neves, afirmó en rueda de prensa que los cinco hombres que se fugaron el sábado de la prisión son "personas muy violentas, con enorme capacidad de movilidad".

"Estamos hablando de gente muy violenta, con una enorme capacidad de movilidad. Estas personas harán todo lo posible para permanecer libres y cuando digo todo, es incluyendo el valor de la vida humana", afirmó.

Neves asegura que ya se está realizando una investigación, todavía sin identificar a nadie, y pidió que "nadie espere resultados inmediatos". Además, añadió que "todos los aspectos de la fuga fueron preparados hasta el más mínimo detalle". "Es una investigación compleja. Estamos hablando de un crimen organizado, con alta capacidad financiera. Son gente muy bien preparada", indicó.

El director general de Reinserción y Servicios Penitenciarios, Rui Abrunhosa Gonçalves, también informó del momento de la fuga, ayudado de los vídeos de las cámaras de seguridad. Gracias a ello se pudo determinar que la fuga de los cinco hombres inició a las 9:56 horas y fue reportada a los órganos del servicio penal 40 minutos después.

Los fugados son dos ciudadanos portugueses, Fernando Ribeiro Ferreira y Fábio Fernandes Santos Loureiro, un ciudadano de Georgia, Shergili Farjiani, uno de Argentina, Rodolf José Lohrmann, y uno del Reino Unido, Mark Cameron Roscaleer, con edades comprendidas entre 33 y 61 años.

Fueron condenados a entre siete y 25 años de prisión por diversos delitos, entre ellos tráfico de drogas, asociación delictuosa, robo, secuestro y blanqueo de capitales.