Era Trump 2.0

De la deportaciones a migrantes a su ya famosa tabla de aranceles: los 12 meses de Trump en La Casa Blanca que parecen eternos

El contextoLos 12 meses de Donald Trump en La Casa Blanca han dado para mucho. Nada más llegar al poder el pasado 20 de enero, el presidente estadounidense comenzó con las primeras redadas y deportaciones de migrantes a Guantánamo.

Donald Trump toma posesiónatresplayer

Una jura, una promesa -la de empezar la época dorada- y un nuevo mandato que, aunque no lo parezca, solo ha cumplido un año. Los 12 meses de Donald Trump en La Casa Blanca han dado para mucho.

En enero, nada más llegar al poder, puso en marcha su medida estrella: declarar la emergencia nacional en las fronteras de Estados Unidos. De esta manera, Trump dio paso a las primeras redadas y deportaciones de migrantes a Guantánamo.

En su segundo mes, Trump se propuso acabar con la guerra de Gaza y la de Ucrania, aunque a su manera, queriendo sacar rédito de una Gaza sin gazatíes y amenazando a Zelenski por desagradecido y no ir bien vestido.

Él no, él se denomina a sí mismo pacificador y, como tal, en marzo su objetivo fue anexionarse Groenlandia. "Necesitamos Groenlandia por seguridad y la conseguiremos como sea", llegó a asegurar Trump.

En abril, el presidente estadounidense declaró la guerra comercial al mundo entero con su ya famosa tabla de aranceles. Y con una sospechosa fe sobrevenida entró en Mayo. Así bromeaba con suceder al Papa Francisco. "Yo mismo seré sucesor", dijo.

Las redadas contra migrantes no se han detenido ni un solo mes, pero en el sexto la ciudad de Los Ángeles se alzaba contra ellas. Llegaba el momento de máxima tensión, en el que Trump respondía desplegando a la Guardia Nacional.

Y, por si fuera poco, en julio Trump inauguraba el verano abriendo Aligator Alcatraz. En agosto quedó más que patente su predilección por Putin. Y en septiembre su animadversión hacia Maduro y su supuesta lucha contra el narcotráfico. También cambiaba el nombre del departamento de Defensa, por departamento de Guerra. Políticas de un verdadero pacificador, eterno aspirante al Nobel de la Paz.

Trump no ha dejado títere con cabeza, ni si quiera la nuestra. Nos ha "pedido" por activa y por pasiva que aumentemos el gasto en Defensa, pero en octubre seguía sin salirse con la suya. "España no juega en equipo", se quejaba.

En noviembre, y ya saben lo que pasa si se le lleva la contraria, las faltas de respeto del presidente han sido constantes -también a lo largo del año- y sobre todo contra los periodistas.

En diciembre llega la Navidad a la Casa Blanca, el año termina, pero todavía nos queda una sorpresa más. Fue ganador del FIFA de la Paz. Un final apoteósico para este 2025 trumpista que ya bien podría haber sido una legislatura entera.

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