CONTRA LA DISCRIMINACIÓN

El colectivo LGTBI de Panamá protagonizan un maratón de besos durante la Jornada Mundial de la Juventud que preside el papa para reivindicar la igualdad

Bajo lemas como 'todos somos iguales' o 'la homofobia es pecado', miembros del colectivo LGTBI han defendido la igualdad en Panamá en un maratón de besos durante la Jornada Mundial de la Juventud. También han exigido que se legalice el matrimonio entre personas del mismo sexo.

Integrantes de la comunidad LGTBI de Panamá se ha concentrado ante la Iglesia Nuestra Señora del Carmen de la capital, coincidiendo con la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud que preside el papa Francisco, para reivindicar la igualdad a través de un 'besatón' (maratón de besos).

Con pancartas que decían 'Todos somos iguales' y 'La homofobia es pecado', unas pocas decenas de personas han pedido que se legalice en Panamá el matrimonio entre personas del mismo sexo.

"Es terrible que alguien piense que la homosexualidad es una moda pero el hecho que el papa Francisco esté en Panamá nos lleva a exigir la obligación que tiene el Estado de reconocer nuestros derechos como ciudadanos que pagamos impuestos", ha señalado Natalia Beluche, docente, actriz y una de las organizadoras de la protesta frente a la iglesia Nuestra Señora del Carmen.

"Que sepa él (el papa) que nadie aquí se siente libre para protestar por temor al qué dirán, a las represalias. La única forma de quitar los miedos es que el Estado reconozca los derechos de la comunidad LGBT", ha agregado. Con pelucas y ataviados con distintivos de la comunidad con los colores del arcoiris, también han criticado el coste de un evento como la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).

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