El primer país de la UE

Italia prohíbe producir y vender alimentos sintéticos: estos son los argumentos a favor y en contra

"Garantizamos el máximo nivel de protección de la salud de los ciudadanos y la salvaguardia del patrimonio de nuestra nación", ha justificado el ministro de Agricultura italiano, Francesco Lollobrigida.

Hace unos días, el Parlamento italiano aprobaba una ley que prohíbe la producción y venta de alimentos sintéticos, como la carne cultivada, convirtiendo a Italia en el primer país europeo que introduce esta medida. La norma, impulsada por el Gobierno de la ultraderechista Giorgia Meloni, argumenta las desigualdades que podrían ocasionar estos alimentos a nivel nutricional y la falta de estudios científicos, aunque el argumento causa gran controversia entre la oposición, que destaca la falta de conclusiones científicas que justifiquen su absoluta prohibición.

La sintética es aquella comida que se fabrica en un laboratorio. En el caso de la carne, por ejemplo, se eligen las células madre, se las alimenta para que crezcan y entre tres y seis meses después ya se pueden cosechar. Asimismo, los contrarios a la ley señalan que puede contravenir el principio de libre circulación de mercancías en la Unión Europea si se prohíbe también la comercialización de alimentos sintéticos elaborados en otros países. La ley prevé que la comercialización de este tipo de alimentos sea multada con entre 10.000 y 60.000 euros, o el 10% del volumen de negocio en el caso de ingresos superiores a los 60.000 euros.

El debate sobre la ley en la Cámara de Diputados, que ha ido posponiéndose por las dudas sobre su encaje en la legislación europea, estuvo acompañado de enfrentamientos en las afueras del Parlamento entre partidarios de la norma convocadas por Coldiretti, la mayor asociación de ganaderos y agricultores del país, y opositores.

"Proteger la salud"

"Queremos proteger la salud pública y evitar el desempleo. Existe un riesgo de injusticia social con los alimentos sintéticos, con una sociedad en la que los ricos comen bien y los pobres, no", ha justificado el ministro de Agricultura, Francesco Lollobrigida, al aprobar el proyecto de ley el pasado marzo. Según Lollobrigida, la intención del Ejecutivo italiano no es "persecutoria", sino que trata de proteger la "salud" y el "medio ambiente".

Por su parte, el ministro de Sanidad, Orazio Schillaci, ha argumentado que la decisión se ha tomado como una manera de "salvaguardar" el patrimonio y la cultura agroalimentaria del país, "basada en la dieta mediterránea". "La ley contra los alimentos sintéticos es significativa: se basa en el principio de precaución porque en la actualidad no hay estudios científicos sobre sus efectos. Garantizamos el máximo nivel de protección de la salud de los ciudadanos y la salvaguardia del patrimonio de nuestra nación", ha apuntado Schillaci.

El Gobierno de Meloni ya ha firmado cuatro decretos para ofrecer más información a los consumidores sobre alimentos que "no se encuentran en la dieta tradicional" y que, entre otras medidas, obliga a los supermercados a separar las harinas fabricadas con insectos del resto de los productos.

Argumentos a favor y en contra

Entre los nombres más destacados que apoyan la comida sintética, encontramos al multimillonario Bill Gates, fundador de Microsoft; al presidente de Amazon, Jeff Bezos; o al exvicepresidente de Estados Unidos Albert Arnold Gore Jr., conocido como Al Gore. Los tres han invertido grandes cantidades de dinero en Natur nature's Fynd, una empresa que produce carne y lácteos a partir de un hongo.

Según Gates, uno de sus máximos representantes, la carne sintética es una de las claves para salvar el medio ambiente. Ya que solo se necesita un 1% de tierra y un 10% de agua respecto a la cría tradicional. Además, habría menos maltrato animal y se podrían evitar enfermedades como la fiebre porcina o la gripe aviar.

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