Duros recortes

Milei enciende la motosierra de los recortes con un decretazo de 300 medidas y Argentina sale a las calles

El presidente de Argentina, Javier Milei, ha anunciado este miércoles un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que elimina numerosas leyes y normas para desregular la economía y permitir la privatización de empresas públicas.

El presidente de Argentina, Javier Milei, anunció la noche de este miércoles un plan que contempla la reforma de más de 300 normas para sentar "las bases de la reconstrucción de la economía argentina y devolverle la libertad y la autonomía a los individuos, sacándoles el Estado de encima".

Con el confesado propósito de que "que Argentina sea una potencia mundial", el objetivo de este ambicioso plan es "desarmar la enorme cantidad de regulaciones que han impedido, entorpecido y detenido el crecimiento económico de nuestro país", proclamó en una cadena nacional de radio y televisión el mandatario argentino. Milei anunció que en los próximos días "se llamará a sesiones extraordinarias" en el Congreso de la Nación y "se enviará un paquete de leyes para acompañar estas reformas y avanzar en el proceso de cambio".

El decreto de necesidad urgente (DNU) busca transformar en sociedades anónimas "todas" las empresas estatales para su "posterior privatización", a fin de desregularizar la economía del país.

Dentro del paquete que Milei mandará al Parlamento para su aprobación se incluye la derogación del régimen de sociedades del Estado y de la normativa que impide la privatización de las empresas públicas. "Recibimos la peor herencia de la historia", se lamentó el jefe del Estado argentino -el primero en la historia del país que es economista- al anunciar un plan con el pretende acabar con el déficit fiscal, un mal endémico del país suramericano.

Entre la carga recibida de los Gobiernos de los últimos años, en su mayoría de signo peronista, Milei citó "el déficit consolidado del 15 % del PBI, la presión impositiva más alta del mundo, la falta de reservas en el Banco Central, la confianza crediticia destruida, la emisión monetaria desenfrenada y la crisis inflacionaria anual del 15.000 %". También se quejó de los “defaulteadores seriales” que le han sacado trece ceros al peso y destruido otras cinco monedas nacionales, de "dos crisis hiperinflacionarias sin guerras, 50 % de la población por debajo de la línea de la pobreza, 10 % de la población indigente y cinco millones de argentinos a los que no les alcanza para comer".

El programa del Gobierno incluye la derogación de la ley de Alquileres, la posibilidad de que los clubes de fútbol se conviertan en sociedades anónimas si así lo desean, y la autorización de la cesión total o parcial del paquete accionarial de Aerolíneas Argentinas.

El decreto, que será enviado al Congreso para su aprobación en sesión extraordinaria, también prevé la derogación de la ley de Abastecimiento, que contempla sanciones a empresas en casos de escasez de determinados productos, así como la derogación de la ley de Góndolas, que obliga a los supermercados a ofrecer un mínimo de productos fabricados por pequeñas empresas.

Además, las medidas anunciadas en cadena nacional de radio y televisión establecen la reforma del Código Aduanero para "facilitar" el comercio internacional y que "quede prohibido prohibir las exportaciones", en palabras de Milei. El impacto de la batería de medidas desreguladoras de la economía y privatizadoras sector público anunciada por Milei se dejó sentir en las calles de Buenos Aires, donde los vecinos de algunos barrios protagonizaron una protesta desde cruces, ventanas y balcones, haciendo sonar cacerolas y otros utensilios domésticos.

“¡Afuera Milei!", se escuchó en las calles de la capital de Argentina, donde hace apenas un mes el entonces candidato presidencial de La Libertad Avanza se impuso por casi doce puntos de ventaja sobre el aspirante oficialista y en ese momento ministro de Economía, Sergio Massa.

Según pudo comprobar EFE, la acción de protesta se escuchó en varias zonas de la ciudad, entre ellas algunas de las más acomodadas, como Palermo y Belgrano, pero también en barrios más modestos como Caballito, Almagro y Avellaneda.

El anuncio del plan de choque del Gobierno se produce el mismo día en que unas 3.000 personas convocadas por organizaciones sociales y de izquierda salieron a las calles de la capital argentina para mostrar su rechazo a la política del presidente ultraliberal, que en los diez días que lleva en el poder impulsa un severo plan de ajuste con el que pretende revertir los males endémicos de la economía del país.

Después de que Milei anunciara este plan, cientos de manifestantes se concentraron en las inmediaciones de la sede del Congreso de la Nación para continuar con la protesta que horas antes habían llevado a cabo unas tres mil personas que recorrieron las calles del centro de Buenos Aires para finalizar concentrándose en la emblemática Plaza de Maya, frente a la Casa Rosada, sede de la Presidencia de la República.

La movilización nocturna también se dejó sentir en diversos barrios de la capital, donde los vecinos protagonizaron una sonora una protesta desde sus ventanas y balcones haciendo sonar cacerolas y otros utensilios domésticos. Según pudo comprobar EFE, la acción de protesta se escuchó en varias zonas de la ciudad, entre ellas algunas de las más acomodadas, como Palermo y Belgrano, pero también en barrios más modestos como Caballito, Almagro y Avellaneda.

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