Tras una larga enfermedad
Muere Pervez Musharraf, expresidente de Pakistán, a los 79 años
Pervez Musharraf llegó al poder en 1999 tras un golpe de Estado, siendo un aliado clave de EEUU tras los atentados del 11-S. En 2007, suspendió la Constitución. Pese a ser condenado a muerte, la sentencia acabó siendo revocada.
El expresidente de Pakistán Pervez Musharraf ha fallecido este domingo en un hospital de Dubái, Emiratos Arabes Unidos, a los 79 años tras una larga enfermedad, según ha confirmado la familia a la cadena Geo News.
La familia del general retirado anunció el pasado mes de junio el ingreso del líder paquistaní en el Hospital Americano de Dubái por un agravamiento de la amiloidosis que padecía, una enfermedad rara que ocurre cuando una proteína anormal se acumula en los órganos e interfiere con las funciones normales del cuerpo.
Tras la confirmación familiar, el Ejército paquistaní comunicó sus "más sinceras condolencias" por el fallecimiento, como también las trasladó el presidente de Pakistán, Arif Alvi, oró "por el descanso eterno del alma del difunto y el coraje de la familia en duelo para soportar esta pérdida".
Musharraf llegó al poder en 1999 tras un golpe de Estado contra el ex primer ministro Nawaz Sharif. Dos años después, se convertiría en un aliado clave de EEUU tras los atentados del 11 de septiembre durante un mandato caracterizado en buena parte por sus prácticas de opresión y abusos de los Derechos Humanos.
Esta deriva totalitaria fue a más, especialmente durante los últimos años de su mandato. En 2007 suspendió la Constitución, impuso la ley marcial, destituyó al presidente del Tribunal Supremo y arrestó a activistas y abogados, lo que provocó protestas masivas en todo el país.
Musharraf dimitió en 2008, tras lo que viajó a Dubái y Londres en un exilio autoimpuesto durante cuatro años. En marzo de 2012, Musharraf regresó al país con el objetivo de liderar a su partido en las elecciones legislativas, pero un tribunal le descalificó de la carrera electoral y quedó expuesto a una batería de cargos en su contra por sus acciones mientras estuvo en el poder.
En 2019, Musharraf fue declarado culpable de traición por suspender la Constitución e imponer el estado de excepción en 2007. Acabó condenado a muerte, pero la sentencia fue finalmente revocada.
"Serví a la nación y tomé decisiones por el bien del país", alegó por aquel entonces como defensa.