Bajo investigación

"¡No puedo respirar!": un hombre negro muere tras ser detenido en Ohio en un nuevo episodio de violencia policial

Nueva investigación a policías estadounidenses por la muerte de un hombre negro durante su detención. Ocurrió en Ohio, la víctima, de 53 años, repitió varias veces que no podía respirar como en la muerte de George Floyd.

Frank Tyson, un hombre negro de 53 años, ha muerto a manos de un agente de la Policía de Estados Unidos durante una detención en Ohio. Un vídeo del momento en el que el hombre repite, desesperado, que "no puede respirar" ha causado polémica y se investiga a los agentes implicados. Se trata de un nuevo caso de violencia policial que recuerda mucho al caso de George Floyd, que desató toda una ola de protestas contra la brutalidad policial y el racismo.

En el vídeo que ha hecho público la policía, se ve a un agente que inmoviliza al hombre contra el suelo mientras le clava la rodilla en la espalda, cerca del cuello. En las imágenes se oye como la víctima no deja de repetir que no puede respirar.

Todo ocurrió cuando la Policía recibió un aviso y acudió a un bar donde se esconde un hombre que acaba de estrellar su vehículo. Cuando llega, le piden que salga: "¡Vamos a salir fuera!". Él se niega y dice: "¡Me vas a matar, me vas a matar!". Por eso, se resiste y empieza el forcejeo y asegura que "le intentan matar": "¡Me va a matar!".

Los agentes lo acabaron derribando en el suelo y entre varios agentes intentan inmovilizarlo a la fuerza, pidiendo que se calme. En ese momento, uno de ellos coloca su rodilla sobre la nuca del detenido, sin dejarle respirar. En ese momento, repite en varias ocasiones la misma frase que reiteró Floyd: "¡No puedo respirar! ¡No puedo respirar!".

Se trata de un peligroso método detención que recuerda al arresto y asesinato George Floyd, y, ahora, el final ha sido el mismo. Trataron de reanimarlo pero acabó muriendo en el hospital, y se investiga lo ocurrido. Al mismo tiempo, una investigación periodística ha revelado que hasta 94 muertes de personas bajo custodia policial entre 2012 y 2021 se produjeron tras administrarles sedantes como la Ketamina. Lo hacen, dicen, para calmar al detenido, pero una dosis superior puede ser letal.

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