Marca 'Trump'

Trump no se pone freno: cambia nombres históricos, se inventa unos 'Patriot Games' y llena Washington de su apellido

Los detalles Trump rebautiza el Centro Kennedy; anuncia sus Patriot Games, que se celebrarán el próximo otoño en la Casa Blanca; y hasta prepara libros infantiles con su biografía para dejar su huella por todas partes, demostrando que lo suyo es el narcisismo a gran escala.

Donald Trump parece decidido a dejar su nombre grabado en la historia a cualquier precio. Cultura, deporte, arquitectura o literatura: todo sirve para alimentar un legado personal que crece a golpe de anuncios grandilocuentes y decisiones polémicas.

El último movimiento tiene como escenario Washington, donde el histórico Centro Kennedy de Artes Escénicas ha pasado a llamarse Centro Trump. El presidente asegura que no fue una decisión buscada, aunque no oculta su satisfacción. Dice que se sintió "sorprendido y honrado" y que, en realidad, su intervención ha servido para "salvar el edificio", porque, según él, "estaba en muy mal estado".

No es un caso aislado. Trump ya rebautizó el antiguo Instituto de la Paz, ahora convertido en el Instituto Donald J. Trump de la Paz, y ha anunciado que quiere ir aún más lejos con la construcción de un 'Arco de Trump' en Washington, inspirado en el Arco del Triunfo de París, otro símbolo pensado para inmortalizar su apellido en el corazón del poder estadounidense.

Su empeño por dejar huella también ha llegado al deporte. El presidente ha presentado los 'Patriot Games', unos Juegos Patrióticos que se celebrarán el próximo otoño en la Casa Blanca, coincidiendo con el 250 aniversario de Estados Unidos. Trump lo vendió como un acontecimiento histórico, anunciando que el país será anfitrión de los primeros juegos de este tipo y que se tratará de un evento deportivo de cuatro días sin precedentes.

Según explicó, competirán los mejores atletas de secundaria, con la participación de un chico y una chica por cada estado y territorio, una fórmula que, para Trump, representa el espíritu del país. Pero el anuncio volvió a derivar en polémica cuando prometió que "no habrá hombres en el deporte femenino", asegurando que los espectadores "verán de todo menos eso", en una nueva declaración que ha encendido el debate político y social.

Desde el Partido Demócrata, la respuesta ha sido inmediata y cargada de ironía. Han ilustrado la iniciativa con una escena de 'Los Juegos del Hambre', acompañada de la frase "así es como salvaguardamos nuestro futuro. Me encanta", comparando el tono épico del presidente con una distopía cinematográfica.

El afán de Trump por marcar territorio no termina ahí. También alcanza la literatura. Los sudafricanos blancos refugiados que lleguen a Estados Unidos recibirán un paquete de bienvenida que incluirá, entre otros elementos, una biografía de Donald Trump destinada a sus hijos, un gesto más de autopromoción institucionalizada.

Arquitectura, deporte, cultura y libros, todo forma parte de un mismo patrón. Un presidente empeñado en pasar a la historia, aunque sea a base de caprichos personales, gestos grandilocuentes y un narcisismo que no parece tener límites.

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