POR TIERRA, MAR Y AIRE
Barcelona declara la guerra a la contaminación: estas son las nuevas medidas que aprobará el ayuntamiento de Colau
Barcelona se protegerá de la polución ambiental por tierra, mar y aire: el gobierno local de Colau pretende aprobar esta misma tarde numerosas medidas para evitar millones de toneladas de CO2 en la ciudad condal.
El Ayuntamiento de Barcelona está dispuesto a tomar sendas medidas para evitar la polución en la capital catalana. El gobierno de Ada Colau ha declarado Estado de Emergencia Climática en la ciudad condal, y para ello ha puesto en marcha una mesa de emergencia junto a la Generalitat, el Estado y diversas entidades con las que pretenden poner en marcha el 'Plan Clima'.
Una de las primeras medidas ambientales que llevó a cabo el gobierno de Colau fue la imposición de la zona de bajas emisiones que limita la circulación de vehículos privados en el centro de la ciudad. Su área es de 95 kilómetros cuadrados, mientras que la de Madrid Central no supera los 5 km. Así, 'ZBE', equivale a 20 veces la superficie de bajas emisiones de la capital.
Pero no solo por tierra: el gobierno de Colau también proponer proteger a mar y aire de los transportes más lesivos para la atmósfera, ya que el puerto y el aeropuerto de Barcelona general 12,9 millones de toneladas de CO2 al año.
El puerto de la ciudad condal penalizará a los barcos más contaminantes, se reducirán los buques que hacen escala en la ciudad y se usará energía eléctrica en los muelles y la maquinaria de tierra, así como paneles solares en las naves y aparcamientos.
Al Aeropuerto del Prat ya no llegarán aquellos vuelos peninsulares de menos de 1.000 km cuyo trayecto pueda hacerse por tren sin superar las siete horas de viaje. Quedará así eliminado el trayecto Madrid-Barcelona, entre otros. También se instalarán allí paneles solares para el abastecimiento eléctrico de edificios y aparcamientos.
El objetivo es que todas estas medidas se aprueben durante la esta tarde en la mesa de emergencia convocada por el consistorio barcelonés. La finalidad es clara: evitar las 351 muertes prematuras que provocó la polución ambiental en la ciudad durante 2018, y ahorrar millones de toneladas de CO2 a la atmósfera.