AUMENTAN LAS CRÍTICAS DESDE PAÍS VASCO Y EXTREMADURA

Crece la indignación entre los dirigentes populares por la corrupción: "O acabamos con tanta gentuza o los ciudadanos acabarán con nosotros"

Bárcenas, la Gürtel, las tarjetas negras de Caja Madrid, la operación Púnica... La avalancha de corruptelas remueve como nunca las tripas del Partido Popular. Pero no todos callan: el PP extremeño de José Antonio Monago y, sobre todo, el PP vasco, encabezado por Arantza Quiroga y Borja Sémper, exigen que "se limpie a fondo" el partido y piden que se expulse inmediatamente a todos los implicados".

Para José Antonio Monago, "cuando huelen las alcantarillas, se limpian. No se tapan. Y se limpian a fondo". Desde el PP vasco, ha hablado Arantza Quiroga: "Me parece vomitivo". Y también Borja Sémper: "Nos produce un asco profundo".

Esta semana no han faltado las disculpas, tanto de Rajoy como de Aguirre, pero muchos militantes están asqueados. Especialmente dolidos están los populares vascos. Su líder no dudó en sacarle los colores a la dirección nacional cuando lo de Bárcenas, incluso con Rajoy al lado: "Mientras algunos íbamos a los plenos con las piernas temblando, otros estaban para otras cosas en la política".

Desde Euskadi han sacado el debate a las redes, englobando bajo la etiqueta  #TantaLuchaParaEsto su indignación. Íñigo Manrique cree que "no son compañeros, son gentuza". Gómez Ugalde, "o acabamos con tanta gentuza o los ciudadanos acabarán con nosotros", y Chema Herzog está "aburrido de ver desfilar a tanto golfo".

Y cada vez son más las voces que, desde dentro del PP, piden una purga, como José Antonio Monago: "Está muy bien pedir perdón pero queda el siguiente paso: a los implicados hay que expulsarlos inmediatamente del partido, porque hay 863.000 militantes y millones de españoles que están muy enfadados por este tema". Para Borja Sémper, "es insoportable el clima de corrupción al que asistimos todos los días (...) Nos da asco, hay que actuar con mucha contundencia".

Con la vista puesta en las elecciones, el sector crítico de los populares teme sobre todo por la posible pérdida de Madrid y Valencia, dos de sus tradicionales bastiones, donde se gestaron los dos mayores escándalos, las redes Gürtel y Púnica.

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