APLICACIÓN DE LA LEY DE MEMORIA HISTÓRICA
¿Numancia de la Sagra o Azaña? Un pueblo de Toledo, dividido entre su nombre franquista o su denominación original
Hace 82 años, con la toma del pueblo por parte de las tropas franquistas al mando del regimiento Numancia, la villa de Azaña recibió el nombre de Numancia de la Sagra, con el que una parte de los vecinos se identifica a día de hoy, mientras un movimiento vecinal lucha por recuperar la denominación histórica.
Numancia de la Sagra fue Azaña hasta el 19 de octubre de 1936, cuando el comandante Velasco decidió, un día después de tomar la villa, que el nombre le recordaba al presidente de la Segunda República, Manuel Azaña, y que por tanto debía ser cambiado por el del regimiento.
Sin embargo, el nombre de Azaña nada tenía que ver con el del presidente republicano, sino que era una derivación fonética del árabe que significaba noria de agua, y de hecho aún hoy el escudo del municipio recoge el símbolo de la noria.
El régimen franquista le impuso el nuevo nombre al municipio y más de 80 años después sigue viva la disputa entre unos vecinos y otros sobre si debería o no recuperar su nombre histórico o mantener el de Numancia de la Sagra.
Entre los que apoyan la recuperación del nombre histórico está Antonio Martín, portavoz de la asociación 'Fazania' -nombre histórico antiguo que después derivó en Azaña- que, ha relatado su lucha por promover la recuperación del nombre, que comenzó hace casi 30 años.
Hijo del que entonces -el año del inicio de la Guerra Civil española- era secretario de Administración local y que, por tanto, participó en la firma del acta para cambiar el nombre de Azaña por el de Numancia de la Sagra, ha lamentado que su lucha por la recuperación del nombre histórico ha tenido "escaso éxito".
Cuenta que los gobiernos municipales de UCD, PSOE y PP "no han tenido el más mínimo interés" en la recuperación del nombre y que, en su día, contactó tanto con el expresidente del Gobierno José María Aznar como con los expresidentes castellanomanchegos José Bono y José María Barreda, y con el actual, Emiliano García-Page, y aunque todos les contestaron "amablemente" -excepto Barreda-, en realidad no hicieron nada por la causa.
En cuanto al Consistorio actual -con un alcalde socialista y un total de 11 concejales-, Martín se pregunta "por qué extraño lobo feroz o miedo ancestral" no quiere hacer nada sobre esta cuestión.
Apunta en este sentido que en el marco de la Ley de Memoria Histórica es probable que se impongan sanciones a los ayuntamientos que no acatan la norma en relación a la eliminación de nombres que hacen alusión al régimen franquista.
Además, según el portavoz de 'Fazania', los que se oponen a cambiar el nombre del municipio arguyen una razón económica que, en todo caso, es "incierta" pero que muchos vecinos de la localidad sí han creído, ese "grupo de irredentos", como los llama Martín, que de alguna forma considera que recuperar el nombre de Azaña es "poco menos que la toma del poder por los rojos".