Asegura que es imposible afinar el tiro
"¿Ya no es seguro salir a manifestarse?": la carta de la joven a la que un juez responsabiliza de haber perdido un ojo por un pelotazo de los Mossos
"Tuve que reaprender a comer sola, pasé meses en cama medicada y recibiendo cuidados, saliendo con gafas de sol a la calle para que nadie viera como me habían desfigurado la cara", ha declarado la víctima.
Una protesta por el encarcelamiento de Pablo Hasel termina en disturbios y una mujer, una joven de 19 años, pierde un ojo por un proyectil de los antidisturbios. Después de aquello, denunció a los mossos a los que consideraba responsables de los disparos. Bueno, pues ahora un juez los ha exculpado y ha señalado a la víctima por "autocolocarse" en una situación de peligro.
"Tuve que reaprender a comer sola, pasé meses en cama medicada y recibiendo cuidados, saliendo con gafas de sol a la calle para que nadie viera como me habían desfigurado la cara; empezó a darme asco mirarme al espejo y a coger complejo de que me mirasen a los ojos por si alguien pudiera darse cuenta de que ahora soy un monstruo", explicaba la víctima.
Y ahora el juez que estaba investigando lo ocurrido la culpa a ella. Dice que se autocolocó. Se autopuso en peligro. Recibió un disparo de los mossos, una pelota de goma contra su cara que la dejó sin ojo mientras se manifestaba por Pablo Hasel. "Yo solo estaba ejerciendo mi derecho a manifestarme y lo que conseguí fue acabar mutilada. ¿Eso quiere decir que no es seguro salir a la calle a manifestarse?".
Son sus sentimientos contados en una carta que hoy ha leido su padre en público. El juez asegura que es imposible afinar el tiro en una manifestación tan concurrida y en la que llovían otros objetos. Además, "no están diseñadas para disparos de precisión". Algo con lo que el abogado de la víctima no está de acuerdo.
Su abogado mantienen que hubo indicio de criminalidad porque la escopeta de proyectiles de foam es un arma no letal pero de precisión. Así que mantienen que se disparó en la cabeza con intención de castigo o que fue una grave imprudencia o negligencia.
La joven cree que no se le está tratando igual que a la policia, porque le han echado la culpa directamente por manifestarse. Además relata en la carta el trauma que a día de hoy sigue sufriendo: tiene pánico de encontrarse con agentes o manifestaciones unas situaciones que le provocan cuadros de ansiedad y hasta desmayos.