Conductas anómalas por el calor
Las altas temperaturas provocan que animales salvajes se adentren en localidades en busca de agua y alimento
El calor ha llevado a jabalíes, cabras montesas y osos a adentrarse a los núcleos de población en busca de agua y alimento.
Las altas temperaturas no sólo afectan a los humanos. Incluso los animales más salvajes, acostumbrados a la intemperie y las adversidades climatológicas, se han visto afectados por la sequía y el calor extremo de este verano. Es lo que ha ocurrido en Cabo de Gata, Almería. "Pasan un montón de jabalíes", cuenta una vecina de la localidad. Estos animales aprovechan la noche para lanzarse a las calles en busca de alimento. Su lugar favorito son los contenedores de basura.
"Están expectantes a que alguien llegue y suelte la bolsa", relata otro vecino de Cabo de Gata. Por ello, piden que se les deje de dar de comer y aún más importante, que se mantengan limpias las calles. Desde el Ayuntamiento de Almería, aseguran que ya han actuado duplicando el número de contenedores y la frecuencia de recogida de basura para evitar que se repitan ese tipo de situaciones.
Lo mismo ocurre en Ubrique, Cádiz. Pero en este caso, las cabras montesas no buscan alimento sino agua. Huyen de la sequía con la que conviven en la Sierra de Grazalema, una cruel realidad que ha provocado la actuación de los vecinos del pueblo, quienes indican que dejan cubos de agua y bañeras para que puedan servirse estos animales.
Pero cuidado, porque no podemos confiarnos. Pese a que un ciudadano de Ubrique afirma que "las cabras montesas no son agresivas ni lo más mínimo", la realidad es que pueden ser una vía de enfermedades, e incluso podrían asestarnos una cornada.
La misma recomendación, ser precavidos, es para los vecinos de Somiedo (Asturias), donde una osa ha sido vista paseando relajada a plena luz del día y ante la mirada atónita de quienes pasaban por la zona.
Arrestado en Murcia
Detenido el asesino de Talavera, uno de los diez fugitivos más buscados por la Policía
Estaba acusado de un asesinato cometido en 2009 en Talavera de la Reina (Toledo). Tenía pendiente cumplir una condena de 15 años. Se ocultaba junto a su mujer entre grandes medidas de contravigilancia.