Detenidas en España 89 personas en una operación contra el tráfico ilegal de personas

La red estaba formada por personas de nacionalidad china y pakistaní y su objetivo era introducir ciudadanos chinos en Reino Unido, Irlanda, Canadá y Estados Unidos, para lo que utilizaba a España como país de tránsito al trasladar a las personas con las que traficaban a pisos patera en estas tres ciudades de la provincia de Barcelona.

La organización cobraba una media de 20.000 euros por cada persona a la que trasladaban -la mitad la abonaban al salir de su país y el resto al llegar a destino- y, si no pagaban la cantidad pactada, amenazaban a sus familiares, además de retener su documentación verdadera.

La red mantenía vínculos con otras organizaciones similares asentadas en España y en otros países, de forma que funcionaba como una gran organización criminal, una circunstancia por la cual ha sido necesaria la cooperación policial internacional.

La investigación comenzó al realizarse numerosas detenciones en aeropuertos españoles de personas de origen asiático que pretendían embarcar en vuelos internacionales con documentos falsificados. El objetivo de los delincuentes era introducir a las personas en cualquier país del espacio Schengen y de las rutas establecidas las más peligrosas eran aquellas en las que la entrada se realizaba de forma clandestina y oculta a través de la frontera terrestre entre Turquía y Grecia.

Una vez que las personas trasladadas llegaban a España, las ocultaban en pisos patera en Barcelona, Badalona y Santa Coloma de Gramenet y les obligaban a cambiar de piso con asiduidad mientras esperaban disponer de una nueva documentación falsa para llegar al país de destino, ya que la documentación con la que entraban en España les era retirada de inmediato.

Los papeles de los diferentes miembros de la organización estaban claramente definidos y destacaba la figura del "pasador", que era la persona con conocimientos sobre ciudades y vías de comunicación de cada país y la responsable de acompañar y controlar a las personas con las que traficaban durante todo el viaje y permanecer en contacto directo con los máximos responsables de la red.

La Policía ha subrayado la dificultad de este tipo de investigaciones por el idioma y el carácter hermético y jerarquizado de estas organizaciones. La operación policial se ha saldado con cuatro registros en Barcelona y Badalona, en los que la Policía ha intervenido 4.105 euros, diversas cantidades de dinero de otros países, 116 pasaportes, 71 tarjetas SIM de telefonía y material informático.

En esta operación han sido detenidas 89 personas, cuatro de ellas por pertenencia a organización criminal, falsedad documental y delitos contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, mientras que de los 85 restantes, uno ha sido detenido por delito contra los derechos de los extranjeros y todos ellos por falsedad documental. En esta operación han participado agentes de diversas unidades de la Policía española, así como de Francia, Reino Unido y de la Interpol.