Los estragos de la pandemia
Habla Damián, el hombre que pasó tres meses en el hospital por el coronavirus: "A mí me ha jodido y bien este virus"
Damián pasó 40 días en la UCI de la Clínica San Miguel luchando contra el coronavirus. Ahora, tres meses de haber sido contagiado, intenta recuperarse poco a poco y hacer vida normal, aunque le cuesta: "Hay días en que para la última hora de la mañana ya no valgo para nada".
Damián Rocu-Epitie ahora camina más de dos horas al día, después de una larga recuperación y una experiencia con la covid-19 que resume como "volver a nacer y aprender de nuevo todo". A Damián, conocido por ser el policía foral 'youtuber' que estuvo 64 días en la UCI del Complejo Hospitalario de Navarra por covid-19, hay días que se le queda el cuerpo "como de hombre de hojalata": "Hay días en que para la última hora de la mañana ya no valgo para nada", reconoce en una entrevista con EFE. Sin embargo, tres meses después de salir del hospital, ya pasea más de dos horas al día.
"Necesito dos horas para hacerme seis kilómetros, los caracoles me adelantan", bromea el agente, ahora en proceso de recuperación no solo física, sino también mental. Los efectos secundarios en Damián son varios. Además de la pérdida de capacidad pulmonar, su brazo izquierdo aún no está completamente operativo. Una situación similar a la de Denis Cirpaci, el joven de 29 años que pasó 40 días en la UCI de la Clínica San Miguel.
Su movilidad se ha visto reducida y su brazo derecho aún sigue con tensión, "muy sensible, y con pinchazos". Su situación, relata en su hogar, rodeado de su madre y su hijo mayor, es "complicada" sobre todo en materia económica. "Antes manejaba cuatro empresas, ahora no puedo casi encargarme de una", comenta. "Parece como si mi cabeza y mi cuerpo no se comunicaran", afirma.
"Parece que estoy normal, sobre todo a primera hora de la mañana, pero hay días que, si intento cargar una garrafa de agua en el supermercado, me voy con ella, no puedo". Pero ha empezado a valorar algo más, "lo importante, la familia". "Ahora es mucho mejor porque está en casa todo el rato, antes le veíamos muy poco", apunta su hijo.
Tengo que pararme muchas veces para coger aire"
El cuerpo de Denis también ha sufrido cambios desde que ingresara. Además de una evidente cicatriz, fruto de la traqueotomía que le practicaron para facilitar su respiración, ahora apenas es capaz de subir las escaleras con soltura: "Tengo que pararme muchas veces para coger aire". Su madre, Simona, quien le besó los pies y los hombros el día que salió de la UCI y después se puso de rodillas frente al equipo médico que había salvado la vida de su hijo, le mira ahora con ojos alegres desde el umbral de la puerta del salón y dice: "Gracias a Dios y a los médicos hoy tengo vivo a mi hijo, eso es lo más grande".
Le decepciona que algunas personas de su entorno conozcan su caso "y aún así no se lo crean, no estén concienciadas" sobre la pandemia. "Es muy grave, esto es muy duro", se lamenta. La salida de Denis fue retransmitida a través de un directo en redes sociales a toda la comunidad que se reunía para rezar por su vida. Y las nuevas tecnologías también son una herramienta de concienciación para Damián, que decidió abrir un canal de YouTube "con bastante vergüenza" en el que relata su vida e intenta crear comunidad.
Superando las secuelas de la COVID-19
Damián llega a emitir hasta cuatro vídeos al día y ha comprobado que "hay gente que los ve y les ayuda, gente de fuera con familiares en la misma situación y esto les anima". Damián relata que uno de los peores momentos fue el de despertar, porque vivía en un entorno de irrealidad donde incluso olvidó que tenía una hija. "Cuando estaba en coma soñaba, y soñaba cosas feísimas, que no quiero ni recordar por lo fuertes que eran, y al despertar pensaba que eso era mi vida de verdad".
Por su parte, Denis comenzará la rehabilitación pero aún no sabe cuánto tiempo deberá hacerlo, "solo que es para largo y la recuperación no será enseguida". Mecánico de profesión, cree que con su condición actual le resultará difícil ejercer: "Estar debajo de un coche, moverme, subir y bajar será imposible".
En materia económica cree que cerrará definitivamente sus negocios, porque "a pesar de tenerlos cerrados, hay que seguir pagando". Él calcula que paga a razón de 20.000 euros mensuales entre salarios, cotizaciones y otros gastos, y lleva así "ocho meses", casi sin ingresos. "A mí me ha jodido y bien este virus", resume. Esta actitud negativa ante la economía la compensa con su visión ante lo que vendrá. "Yo me voy a recuperar y voy hacia adelante con mi familia", apunta. "Y con Dios", puntualiza su hijo mayor.
Multa aerolíneas
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