UNA DOMINICANA, DOS COLOMBIANAS, UNA MEJICANA Y UN ARGELINO

Identificados cuatro de los cinco extranjeros muertos en el accidente de tren de Santiago

Entre las víctimas del accidente de tren de Santiago de Compostela hay cinco extranjero, pero hasta el momento sólo se han identificado a cuatro. Además, hay diez heridos, cinco son americanos, cuatro colombianos, y un británico. Las familias de los extranjeros identificados viajan ya a hacia España para recuperar los cuerpos.

Entre las víctimas del accidente de tren de Santiago de Compostela hay cinco extranjero, pero hasta el momento sólo se han identificado a tres. Además, hay diez heridos, cinco son americanos, cuatro colombianos, un británico y un argelino.

Rosalina Inoa es uno de los hasta el momento cinco extranjeros muertos en el accidente de Santiago. Era funcionaria del gobierno dominicano, y había decidido viajar hasta Galicia para dar una sorpresa a su hermana. Pero se encontró con la tragedia.

"Nadie sabía que iba para allá. Llamaron de Santo Domingo, que lo habían visto en Internet -el accidente-, cuando le comunicaron a la hermana la muerte", explica una mujer.

Como ella otros cuatro extranjeros han perdido la vida en este tren. Es el caso de Yolanda Delfín Ortega, de 22 años y mejicana. Solo llevaba seis meses en la capital gallega, había venido para estudiar derecho.

Su novio había hablado con ella vía twitter minutos antes del accidente. Ya estaba cerca de Santiago, cuando llegara a casa le llamaría, le escribio ella. Pero nunca lo hizo. Sus padres ya viajan a España para recoger el cadáver.

Ana María Córdoba, de origen colombiano pero nacionalizada en Estados Unidos. Desde el norte de Virginia esta devota peregrina había acudido, junto con su marido y su hija de 16 años hasta Santiago para visitar a su hijo también adolescente.

Otra colombiana, Sara Camila Vélez Fuenmayor, ha perdido la vida en este tren. Llevaba 15 años aquí y había ido a Santiago a ver a su hija.

En las últimas horas se ha confirmado la muerte de otro ciudadano extranjero, esta vez de Argelia. Ahora queda la dura tarea de la repatriación.

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