LAVÓ EL CHARCO DE SANGRE QUE QUEDÓ EN EL SUELO

Imputado otro mosso por limpiar la sangre del empresario del Raval muerto tras detenerlo

El juez ha imputado de imputar a un noveno agente de los Mossos d'Esquadra por la muerte del empresario Juan Andrés Benítez. Se trata del policía que limpió el charco de sangre que quedó en el suelo del barrio del Raval tras la detención del Benítez, que falleció poco después en el hospital. Al nuevo imputado se le acusa de obstrucción a la justicia, al considerar que no limpió la sangre por razones de salubridad o higiene, sino para ocultar pruebas.

La juez que investiga la muerte del empresario Juan Andrés Benítez tras ser reducido por los Mossos d'Esquadra en el barrio del Raval de Barcelona ha imputado al agente de la policía catalana que lavó el charco de sangre que quedó en el suelo, con lo que ya son nueve los mossos imputados.

En un auto notificado, la juez imputa a este mosso un delito de obstrucción a la justicia, al entender que lavar la sangre no obedecía ni a razones de "salubridad" ni de "higiene", al tiempo que mantiene la puerta abierta a acusarle también por los demás delitos que se atribuye a los otros ocho agentes, entre ellos contra la vida. La titular del juzgado de instrucción número 20 de Barcelona, que hasta ahora había imputado y tomado declaración a ocho agentes por los delitos contra la integridad moral, contra la vida, por obstrucción a la justicia y por coacciones, cita a este noveno agente imputado para el próximo miércoles 27 de noviembre.

La juez, a partir de la declaración de los demás mossos imputados, considera que este noveno agente no se limitó a borrar el charco de sangre, "sino que también estuvo presente en el momento en el que sus compañeros realizaban la intervención sobre Benítez". En el auto, la magistrada resalta además que no se puede justificar ni por razones de "salubridad, higiene o protocolos de actuación" que se arrojara agua para eliminar el charco de sangre que había quedado en el suelo tras la reducción a golpes del empresario, ya que con ello la policía procedió al "borrado o alteración" de unos "rastros o vestigios" de un posible hecho delictivo.

En el presente caso, según la juez, la mancha de sangre se hubiera podido preservar realizando una fotografía y tomando una muestra de la misma, "para lo que en modo alguno hubiera sido imprescindible acotar la zona". La juez había imputado hasta ahora a ocho mossos d'esquadra, que han sido apartados del cuerpo, el entender que supuestamente no se limitaron a efectuar maniobras de reducción al empresario, sino que le dieron golpes, puñetazos y patadas y luego intentaron destruir pruebas.

Tras comparecer como imputados la semana pasada, la juez impuso a los ocho mossos acusados la obligación de comparecer quincenalmente en el juzgado y subrayó en un auto que la implicación de todos ellos era "clara y meridiana", ya sea "como autores directos de las agresiones" o como cooperadores necesarios, por sujetar a la víctima o presenciar la agresión.

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