Mujeres de la Generación del 27

Maruja Mallo, la pintora española más influyentes del siglo XX que dio nombre a 'Las Sinsombrero'

Su obra está caracterizada por su espíritu libre y rompedor, plasmado a través de una mirada sensible y despierta y ha sido expuesta en los mejores museos y galerías de Europa y América.

Perteneciente a la denominada vanguardia interior española, Maruja Mallo es uno de los espíritus más libres y excéntricos de las Sinsombrero y una de las pintoras españolas más influyentes e importantes del siglo XX, según

Además, este icono feminista del siglo XX perteneció al grupo 'Las Sinsombrero', un colectivo de mujeres intelectuales que pertenecieron a la Generación del 27 y que, a diferencia de sus compañeros coetáneos, fueron olvidadas. La denominación responde al gesto que algunos intelectuales de la época tuvieron al quitarse el sombrero como símbolo de protesta en la Puerta del Sol y Mallo fue la que dio nombre a este grupo de mujeres pertenecientes a la Generación del 27. Ese gesto, según explicó Mallo más tarde, pretendía descongestionar las ideas de la sociedad.

Algunas de las mujeres que formaron este grupo, junto a Mallo, fueron Concha Méndez, María Zambrano, Ernestina de Champourcín, María Teresa León, Josefina de la Torre, Rosa Chacel, Margarita Gil Rsset y Margarita Manso. Estas reclamaron su autonomía e independencia, al igual que una formación intelectual igualitaria con respecto a los hombres. Se dedicaron a la pintura, la novela, la escultura, la poesía, la ilustración y el pensamiento, reflejando en sus obras los nuevos conceptos de modernidad con una actitud rompedora y abierta.

Vida y obra de Maruja Mallo

Nacida el 5 de enero de 1902 en Viveiro (Lugo), demostró un interés desde muy joven por el arte. Fue la cuarta de catorce hermanos y hermanas y contó con unos padres adelantados a su época que apostaron por educar a todos sus hijos en la igualdad. A los once años, Maruja Mallo se trasladó junto a su familia a Avilés, en Asturias y más tarde su familia le apoyó en su pasión por la plástica matriculándole en la Escuela de Artes y Oficios de Áviles, lugar dónde arrancó su carrera como artista.

Mallo viajó hasta Madrid en los años veinte y a lo largo de su vida, exploró diversas ramas de las artes plásticas y desarrolló una carrera como pintora, ceramista, escenógrafa, muralista con una idea clara de reivindicar un espacio para la mujer en el mundo artístico. En este sentido, logró exponer sus obras por primera vez en el año 1928 por invitación de Ortega y Gasset, tras años trabajando como ilustradora en la 'Revista de Occidente' y en 'La Gaceta Literaria', dos publicaciones reconocidas de la época, según Universo Lorca.

Un viaje a París de 1932 transformó por completo el estilo de Maruja Mallo que se inició en el surrealismo al descubrir creadores como Bretón, Picasso o Magritte, tal y como informa National Geographic. Esa estética marcaría sus colaboraciones con Miguel Hernández o Alberti. Se encontraba en un momento excelente de su carrera, con diversas exposiciones y una lenta pero clara evolución hacia el constructivismo, cuando estalló la Guerra Civil.

Durante la guerra y parte de la dictadura franquista, pasó 25 años exiliada en América, principalmente en Buenos Aires, pero también en Uruguay y por último en Nueva York. Los triunfos continuaron pues expuso a nivel internacional, avalada por un prestigio creciente. Además de su labor como ilustradora y pintora, también ejerció de docente, otra pasión suya que había practicado. Había estado involucrada con las Misiones Pedagógicas, en América y continuó esa labor impartiendo clases y conferencias a lo largo de toda su carrera profesional.

Cuando regresó a España, en 1962, se la consideraba ya como una de las grandes pintoras del siglo XX. Maruja Mallo falleció en Madrid el 6 de febrero de 1995, después de alzarse como la pintora española más importante del siglo XX y considerada por expertos de estar a la altura de Frida Kahlo o Xeorxia Ou Keeffe.

Su obra está caracterizada por su espíritu libre y rompedor, plasmado a través de una mirada sensible y despierta y ha sido expuesta en los mejores museos y galerías de Europa y América. Actualmente, el Museo de Arte Reina Sofía cuenta con varios de sus cuadros más emblemáticos como 'La Verbena', 'Antro de Fósiles' o 'Canto de las espigas', tal y como se recoge en el archivo online del Museo. 

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