De 31.000 a casi 36.000 en los últimos meses
Polémica en Valencia por cómo PP y Vox pretenden controlar la población de palomas que no deja de crecer
El Ayuntamiento pretende dejar atrás el pienso esterilizante que se les daba hasta ahora con el fin de controlar el número de ejemplares para capturarle mediante redes y trasladarlas a entornos rurales donde no dificulten la vida de los hosteleros, por ejemplo.
Nueva polémica en Valencia por el modo en el que el nuevo gobierno del Ayuntamiento -formado por PP y Vox- pretenden controlar la población de palomas en la ciudad que ya son 35.000. Ahora quieren volver al sistema de redes para capturarlas y después trasladarlas a un entorno rural. Así se dejaría atrás los piensos esterilizantes que se les da para que no puedan reproducirse.
Compartimos con ellas casi todos nuestros días, aunque si nos despistamos pueden llegar a comerse nuestra comida y aunque esté prohibido alimentarlas, a mas de uno se le olvida. Una situación que preocupa a los hosteleros, tal y como se observa en las imágenes que acompañan a estas líneas. Y es que dicen estar hartos de echar a estos comensales inesperados, puesto que "dificulta mucho el trabajo (...) y se lanzan a los clientes" explica uno de ellos a laSexta. Incluso, "cuando se van los clientes tienes que ir rápido a recoger", porque si no se lo llevan todo.
En Valencia han pasado de 31.000 ejemplares a casi 36.000 en los últimos meses. Sin embargo, para algunos no es suficiente para tomar medidas. Entre ellos está la misma concejalía de Bienestar Animal de la ciudad cuya edil, Glòria Tello de Compromís, asegura que estos animales "llevan toda la vida viviendo con nosotros y son una especie autóctona" ante lo que considera se debe "controlar su población desde el respeto".
No obstante, el aumento de estas aves supone un problema que va mas allá. En Lugo, por ejemplo, un grupo de vecinos denunciaron los problemas de salubridad que sufren debido a que una vecina da de comer a este tipo de pájaros. Pero también en Madrid estos pequeños animales invaden algunos espacios y muchos vecinos están enfadados con quienes aún las alimentan.
Si se viaja a Barcelona no hay lugar que se libre de estos animalitos, que aunque por mucho que nos parezcan inofensivas, el no poder abrir las ventanas como ha explicado el vecino que ante los micrófonos de laSexta, o no poder aparcar el coche es una situación que no a todo el mundo le sienta bien.
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