ESTA PRÁCTICA AFECTA A LOS 15.739 HOTELES ESPAÑOLES
Toallas, secadores, bombillas y hasta obras de arte, siete de cada diez turistas roba en las habitaciones de hoteles
Los españoles y argentinos encabezan el ranking de nacionalidades que más objetos se han llevado después de alojarse en un hotel, seguidos por los norteamericanos con un 53% y los orientales y noruegos con un 31%.
Es frecuente que los hoteles sufran la desaparición de toallas, bombillas, cubertería, secadores, pilas del mando a distancia, albornoces, secadores, copas, sábanas u obras de arte de las paredes, afirma Francisco Canals, periodista especializado en sucesos y defensa del consumidor. "Internet se ha convertido en un hervidero para la picaresca en el que centenares de usuarios muestran sus 'trofeos' e intercambian trucos para sustraer objetos con mayor facilidad", añade.
Tampoco faltan robos de refrescos o licores de las minineveras; algunos hoteles ya utilizan contramedidas tecnológicas, como básculas electrónicas y sensores de movimiento que detectan cuándo alguien ha tomado una consumición.
La feroz competencia hotelera que se vive en España lleva a algunos hoteles a publicar comentarios negativos sobre establecimientos de la competencia y en otros casos reviews positivos sobre su mismo hotel simulando el nombre de otros clientes ('fake reviews').
Los ladrones especializados en hoteles tampoco faltan durante esta época del año, adquieren distintas identidades y engañan hasta el más avispado de los recepcionistas. Rastrean los pasadizos en busca de una puerta mal cerrada o hackean las cerraduras electrónicas para sustraer objetos de valor. En la actualidad también proliferan sitios web espejo, operan internacionalmente y se dedican a duplicar la imagen y contenido de webs hoteleras induciendo a confusión al cliente quien acaba pagando en el sitio web clonado.
Arrestado en Murcia
Detenido el asesino de Talavera, uno de los diez fugitivos más buscados por la Policía
Estaba acusado de un asesinato cometido en 2009 en Talavera de la Reina (Toledo). Tenía pendiente cumplir una condena de 15 años. Se ocultaba junto a su mujer entre grandes medidas de contravigilancia.