PARA GOBERNAR EN CATALUÑA

Jaume Collboni, tras las críticas por los pactos del PSC: "No es sano convivir con un tribunal inquisitorial del independentismo"

Jaume Collboni, primer teniente alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, valora en Al Rojo Vivo el acuerdo alcanzado con Ada Colau.

Jaume Collboni, presidente del grupo municipal del PSC, y Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, han llegado a un acuerdo para gobernar en el Ayuntamiento de la capital catalana.

Collboni, que ostenta el puesto de primer teniente alcalde del Ayuntamiento, señala como novedad destacable que en esta ocasión el acuerdo con Barcelona en Comú llega desde el inicio de la legislatura. "Nuestra voluntad es la de configurar un Gobierno de coalición, el más amplio y sólido que ha habido en los últimos diez años en Barcelona, con una distribución de competencias y responsabilidades que tienen que ver con los problemas de los ciudadanos".

Así, señala que el nuevo gobierno de carácter progresista se preocupará de aquello que preocupe a los ciudadanos, teniendo como prioridades la lucha contra las desigualdades, contra el cambio climático y en favor de la prosperidad de la ciudad.

El acuerdo, señala, ha llegado después de hacer un gran esfuerzo de diálogo en favor de los barceloneses y barcelonesas. En la cuestión nacional del 'procés', mantendrán las diferencias, que "no son sustanciales".

"Desafortunadamente el conflicto político en Cataluña está judicializado y quién tiene que tomar las decisiones son los tribunales. Habrá que respetarlas", señala, haciendo referencia a que se tendría "que haber evitado por la vía del diálogo y de la Constitución".

Protestas en Cataluña contra los pactos PSC y Junts per Cat

En Cataluña se han sucedido las protestas hacia Partido Socialista catalán. Por un lado, Junts per Cat se queja de que Esquerra Republicana pacte con el PSC en algunos municipios, mientras que ERC se queja de que Junts Per Car y el PSC hayan llegado a un acuerdo en la Diputación de Barcelona.

El líder de los socialistas en Cataluña lamenta la situación: "Todos los pactos son legítimos democráticamente. Se puede ser crítico, pero el veto y la descalificación chocan con la realidad".

"No me quiero acostumbrar a eso, porque creo que no es democráticamente sano convivir con una especie de tribunal inquisitorial del independentismo en el que se ha convertido la Asamblea Nacional Catalana", añade, e insiste en que "el hartazgo y la fatiga no es de los independentistas sino de la mayoría de los ciudadanos que estamos hartos de que ataquen pactos y gobiernos".

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