Conducía en el momento del atentado

"Era muy reservado, en el coche hablábamos lo imprescindible": el día a día de Estanislao como conductor de Aznar

Estanislao Cumplido, chófer de Aznar durante años, recuerda cómo era su rutina como conductor del entonces líder del PP y la mañana en que ETA atentó contra él con un coche bomba: "Iba viendo la prensa, como todos los días".

Estanislao Cumplido fue el conductor de José María Aznar desde 1989 hasta 2015. Él conducía el coche donde viajaba entonces líder de la oposición cuando ETA atentó contra él con un coche bomba.

Cada día, recuerda en 'Anatomía de...', se levantaba a las 06:30 o 07:00 de la mañana, iba a Génova en su propio coche y recogía allí el vehículo del presidente del PP. "Alrededor de las 07:30, todos los días, iba a la Plaza del Liceo, recogía allí la prensa y entonces me iba a buscarle a él", rememora Estanislao, que recuerda incluso qué periódicos leía su entonces jefe: "Ninguno deportivo", detalla.

El protocolo de seguridad, explica, "lo marcaba la Policía": "Yo llegaba a casa del presidente, normalmente 10 minutos antes de lo que él me citaba, llegaban los policías también, los escoltas, y el subinspector, que era el responsable de la seguridad, era el que decía la ruta". Una reunión, cuenta, que se llevaba a cabo cada día en el garaje del propio Aznar.

Estanislao detalla que "normalmente" cogían diferentes rutas, aunque había días en que las repetían: "Por esa ruta en la que tuvimos el atentado llevábamos ocho días sin ir", precisa. Además, en un contexto en el que los atentados de ETA eran frecuentes, asegura que "estaba mucho más atento a los coches que te rodeaban, a no dejar el coche solo nunca".

El día del atentado salieron a las 08:00 de la mañana de casa de Aznar, con un escolta en el asiento del copiloto y el líder del PP en la parte de atrás, "viendo la prensa, como todos los días". No iban conversando: Estanislao afirma que "normalmente con el señor Aznar no se hablaba en el coche, pero ni en aquel momento ni luego después de ser presidente, él va viendo sus papeles, sus cosas, y tampoco solía hablar por teléfono, era una persona muy reservada". "Con él en el coche hablábamos muy poco, lo imprescindible", recuerda.

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