El Intermedio
Wyoming analiza la cara B de la Ley de Dependencia: "Es necesario dotarla de presupuesto y eliminar las trabas burocráticas"
En El Intermedio, El Gran Wyoming reflexionó sobre cómo "cada cosa buena suele esconder algo negativo", una idea que desarrolló desde una anécdota de su infancia hasta un análisis crítico sobre los logros y retos pendientes de la Ley de Dependencia, que cumple 18 años.
El Gran Wyoming abrió El Intermedio recordando que "la vida" siempre le ha enseñado que "cada cosa buena suele esconder algo negativo". Para ilustrarlo, compartió una anécdota de su infancia: "En mi cumpleaños me decían 'hoy de comer pastel', pero después me enteraba de que era un pastel de pescado. Yo no contaba velas, contaba espinas", comentó entre risas.
A partir de esta historia, Wyoming conectó con el famoso smiley, "esa cara sonriente que en los años ochenta tuvo más éxito que los cardados y que se convirtió en todo un símbolo". Sin embargo, explicó que detrás de su alegría se esconde una historia agridulce: la de su creador, Harvey Ball. "En su expresión podemos decir que el smiley no lo hizo a su imagen y semejanza. Su cara es de alguien que se olvidó de registrar su creación y que solo cobró 45 dólares por algo que le pudo haber hecho millonario", señaló el presentador.
Con esta reflexión, Wyoming introdujo el tema principal del monólogo: la Ley de Dependencia, que en estos días cumple la mayoría de edad. "Nació para garantizar la atención de todas las personas, fue un proyecto que costó mucho sacar adelante, pero afortunadamente se ha consolidado como derecho fundamental", explicó. Según el presentador, esta ley ha beneficiado a más de tres millones de personas desde su creación, pero también presenta sombras.
"Aquí llega el Harvey Ball", comentó irónicamente, en referencia a la parte negativa. Según Wyoming, "la media de tramitación de cada expediente es de un año", lo que ha provocado que "90 mil personas hayan fallecido sin recibir la ayuda que les correspondía".
"Hoy es un día para hacer balance de una ley objetivamente buena, pero también para recordar que es necesario dotarla de presupuesto y eliminar las trabas burocráticas para que llegue a tiempo, porque quién sabe si algún día seremos nosotros los dependientes", reflexionó El Gran Wyoming al cierre de su monólogo.