Bajos de Haina, Santo Domingo

Los horribles testimonios de extrabajadoras sexuales en República Dominicana: "Hay personas del Gobierno intocables"

"Me invitaron a trabajar en una licoleríam pero estaba disfrazado", cuenta una mujer sobre cómo fue engañada para trabajar en la prostitución en Santo Domingo y por qué siguió: "Tengo que mantener a cinco niños gritando de hambre".

Muchas jóvenes son captadas por su deseo de ascender socialmente. Las chicas y sus familias ven como un modelo de éxito conseguir que un turista con dinero les haga caso. Es muy difícil de combatir un sistema socialmente aceptado. Jalis de la Serna visita el complejo en el que trabajan las oblatas como Ángelica Segoviano, que ayuda a las mujeres a salir de la trata y conseguir un trabajo. Se trata de un taller de belleza en el que trabajar extrabajadoras de la explotación sexual en busca de un futuro.

"Muchas llegan hasta sin saber hacer rulos ni lavar un cabello, y han aprendido todo eso", explica la profesora mientras que una extrabajadora de la prostitución cuenta cómo la engañaron para adentrarse en el mundo de la explotación sexual diciéndole que iba a trabajar en una tienda de licores. "Una vez que estuve allá me topé con la cruda realidad de que era disfrazado", cuenta la mujer, que afirma que, como "tenía que echar adelante" siguió ahí: "Si hay que mantener cinco niños gritándote 'hambre' ¿Usted me dirá? Madre soltera, ¿cómo volver a casa con las manos vacías?".

Por su parte, otra extrabajadora sexual cuenta a Jalis de la Serna cómo "el proxeneta no tiene cara" para las mujeres porque nunca llegan a él. "Aquí en nuestro país los proxenetas fuertes son las personas de cuello blanco.Hay personas de alto rango, hay personas de Gobierno que son intocables, y uno nunca las ve", afirma la mujer, que cuenta cómo ella empezó "a los 17 años, siendo menor de edad". "Fue en los 80, en diferentes puntos del país. Cuando entramos, nos quitaron el pasaporte, los 500 pesos (10€) que nos dieron, nos pusieron a firmar una hoja donde era un contrato por tres meses", explica la mujer, que afirma que tenían que "ejercer el trabajo sexual 24 horas". "Cuando llega el tiempo ya de los tres meses nos dijeron el día anterior 'mañana pasen por administración'. Cuando nos sacaron la cuenta, a mí me quedaban 36 dólares para regresar a mi país", explica la víctima de una estafa. "Más el maltrato, porque esa secuela queda y no se borra jamás", cuenta emocionada.

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