Análisis de García Chas

Afganistán cuatro meses después de la invasión talibán: así ha cambiado el país (especialmente con las mujeres)

La periodista García Chas repasa en este vídeo todos los elementos represores y discriminatorios que componen el nuevo gobierno de los talibanes en el país.

Han pasado más de cuatro meses desde que Afganistán y los talibanes ocuparon las portadas de todos los periódicos y horas y horas de tele pero en laSexta Clave no olvidamos. García Chas, ¿Qué es y qué ha estado haciendo estos meses el denominado Ministerio de Prevención del Vicio en Afganistán? A esta cuestión da respuesta en laSexta Clave la periodista Ariadna García Chas, recordando que es un viejo y temido conocido para muchos afganos.

Lo primero que hay que saber sobre este ministerio es que se ha montado sustituyendo a otro, al de la mujer. Es decir, han quitado una institución que estaba ahí dedicada a los derechos y las necesidades de las mujeres para poner otra cuya misión es hacer cumplir su doctrina moral; un ministerio en el que las mujeres siempre salen perdiendo, como ha señalado Garcías Chas. Porque desde que los talibanes llegaron al poder, las mujeres no pueden ocupar un puesto en el gobierno.

Ni siquiera pueden trabajar en un edificio gubernamental, salvo que sea un trabajo que solo pueden hacer las mujeres, como conserje del baño femenino. Tampoco tienen sitio en la educación. Para los talibanes, la enseñanza también está más cerca del vicio que de la virtud. Muchas mujeres aun no han podido volver a las aulas, ni como estudiantes ni como profesoras. Y cuando lo han hecho, ha sido separadas de los hombres por una cortina.

No son las únicas medidas contra las afganas, pues tampoco pueden viajar solas. Y la policía religiosa, como la llaman, se asegura de que eso se cumple: paran a los conductores para recordarles que no pueden llevar mujeres a más de 70 kilómetros de distancia si no van acompañadas por un hombre de su familia o si no llevan puesto el hiyab. Y no solo eso, pues incluso los talibanes llegan a recomendar a los jóvenes que se dejen la barba larga. Para ellos es algo así como honrar al profeta Mahoma.

En este sentido, en algunas provincias han llegado a prohibirle a los peluqueros afeitar a los clientes. Los talibanes defienden el bello facial, y se oponen a los cortes de pelo "modernos". O, como ellos los llaman, americanos. Hasta el punto de cortarles la melena a la fuerza y agredir a chicos cuya estética no encaja con su modelo. Y la lista de restricciones del Ministerio continúa. Las mujeres tampoco pueden ir a baños públicos y es obligatorio ir a rezar a la mezquita.

También está prohibida la música en espacios públicos, hasta el punto de destruir a pedradas los instrumentos de los músicos callejeros, como en las imágenes que se aorecuab. Incluso revisan los móviles de los transeúntes para asegurarse de que no llevan canciones (o cualquier otra cosa que vaya contra la moral taliban). Es verdad que muchas de estas medidas se aplican solo en algunas provincias y no en todo el país.

Igualmente es cierto que los talibanes dicen que no son leyes, que son recomendaciones. Pero claro, son recomendaciones hechas por alguien que hace esto con las personas a las que considera criminales: ejecutarlas y colgar sus cuerpos de una grúa a la vista de todos, en el centro de una ciudad para dar ejemplo.

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