MÁS VALE COMER SIN LISTERIA

Quesos blandos, fiambres, brotes... qué alimentos evitar y precauciones en la cocina para prevenir la listeriosis

El nutricionista Luis Alberto Zamora recuerda que, además de la carne mechada, hay que tener cuidado con otros alimentos para evitar la infección por esta bacteria.

El brote de listeriosisque ha afectado a más de un centenar de personas y ha causado la muerte de una mujer en Sevilla tiene su origen en un lote de carne mechada contaminada.

Sin embargo, según advierte el nutricionista Luis Alberto Zamora, la bacteria listeria no solo se encuentra en este producto, sino que hay otros muchos que los grupos de riesgo -embarazadas, niños, ancianos y personas con el sistema inmune deprimido- deben evitar.

Entre los alimentos a los que debemos prestar especial atención en este sentido se encuentran los embutidos, fiambres y otras carnes que se consumen refrigeradas pero sin cocinar.

Asimismo, son alimentos de riesgo la leche cruda y los quesos blandos o fabricados con leche no pasteurizada: estos tienen entre un 50 y un 160% más riesgo de contener listeria.

Conviene asimismo evitar los brotes crudos, como los de alfalfa que a menudo decoran sándwiches y ensaladas.

Ojo también con el melón y las frutas que nos venden ya cortadas y refrigeradas. En el caso del melón, lo mejor es consumirlo recién cortado y refrigerar el resto de inmediato. Si pasan siete días sin consumirlo, aunque haya estado en la nevera es preferible deshecharlo. Lo mismo ocurre si lleva más de cuatro horas a temperatura ambiente.

Los grupos de riesgo también deben evitar los patés y sobrasadas que vienen refrigerados, así como los carpaccios y el salmón ahumado, que tampoco se consumen después de cocinarlos, por lo que entrañan riesgo.

Malas prácticas que debes evitar en la cocina

Sin embargo, aunque evitemos estos alimentos también podemos intoxicarnos si cometemos malas prácticas en la cocina: en este sentido, Luis Alberto Zamora recuerda la necesidad de lavarse las manos antes y después de manipular alimentos, así como de lavar las superficies y utensilios.

Además, la listeria es una bacteria que resiste bien al frío, pero no así al calor, por lo que es importante cocinar completamente la comida (calentarla a más 70 grados) y desinfectar los alimentos crudos.

Es importante también separar los alimentos limpios de los que están sucios y los cocinados de los crudos.

Asimismo, refrigerar a menos de cuatro grados y respetar las fechas de caducidad son consejos que debemos seguir para prevenir un contagio.

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