MADRE E HIJA Y SU NUEVA VERSIÓN

Las defensa de las dos acusadas del crimen de Isabel Carrasco apunta a un rechazo sentimental

Triana Martínez y su madre, Montserrat, han contado a los psiquiatras que Isabel Carrasco acosó a Triana y que ahí empezaron sus problemas. Aseguran que a principios de 2010, Isabel Carrasco intentó besar a Triana. La madre ha asegurado que su hija no tuvo nada que ver con el asesinato de la presidenta de la diputación de León. La tercera imputada, Raquel Gago, mantiene su versión de los hechos.

En un rechazo sentimental está el origen de la mala relación entre Triana Martínez e Isabel Carrasco. Es lo que han contado a los psiquiatras las dos acusadas del crimen.

Montserrat ha declarado que, "Isabel llama por teléfono a Triana para tomar café en su casa. Una vez en casa de Isabel, ésta se le insinúa e intenta besarla a lo que Triana no accede retirándose. Es a partir de ese momento cuando Triana establece el inicio del acoso sobre ella". Asegura que fue entonces cuando empezaron todos sus problemas laborales, lo que le causó un deterioro en su salud sufriendo varias crisis de ansiedad.

Según Triana, de todo esto estaba al corriente su madre, Montserrat González, la autora confesa de los disparos a la presidenta de la diputación de León. Ella afirma que lo ocurrido el pasado 12 de mayo se debe al rechazo de su hija a Isabel Carrasco: "El origen que da lugar a los hechos es la negativa de Triana a la solicitud de mantener una relación sentimental con la víctima, cuando ésta se lo propone en su domicilio tras haberla citado para tomar un café".

Desde ese momento, declara, la vida de su hija se derrumba en todos los aspectos: laboralmente, en sus relaciones sociales y en su estado de salud. "La tenía sentenciada. No se puede matar, pero en este caso no se podía consentir; a esa persona sólo se le podía hacer eso", ha declarado la madre de Triana.

Una vez más, Montserrat asegura que, mientras su hija realizaba unas compras, ella se encontró fortuitamente con Carrasco: sacó el arma que llevaba en el bolso, le disparó en tres ocasiones y se fue.

La tercera imputada, la expolicía local Raquel Gago, no considera a Triana como amiga íntima, aunque sí asegura estar al tanto de su situación personal y profesional. Ella mantiene su versión de los hechos: reconoce que se encontró con Triana, ésta se acercó a su coche y horas después fue cuando Gago descubre, en la parte trasera de su vehículo, un bolso que le prestó a Triana con una pistola en su interior. La Policía buscó durante horas el arma que, finalmente, apareció en el coche de la tercera imputada.

Las tres se sentarán próximamente en el banquillo y se enfrentarán a un jurado popular.

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