En 'El Sitio' (Huelva)

¡Alerta Spoiler! Alberto Chicote alucina al vivir uno de los mejores finales de Pesadilla en la cocina

Pocas veces vemos un final de Pesadilla en la cocina como este. Desde Huelva, Alberto Chicote consigue enderezar a un equipo con múltiples desastres (plagas incluidas).

Esta semana, Pesadilla en la cocina viaja a Huelva para conocer 'El Sitio', un restaurante que promete un menú de comidas caseras (también para llevar) que termina ofreciendo visitas de cucarachas y alguna que otra "ratita" en el almacén.

La visita del chef Alberto Chicote era muy necesaria en un negocio hostelero con un dueño pensando únicamente en la jubilación. Cocineras que descongelan el pescado en el lavavajillas, plagas de cucarachas que llegan hasta las mesas de los clientes y una bronca tras otra que terminan por romper uno de los objetos más preciados por el dueño.

Justo cuando Chicote ya apostaba por colgar el cartel de "se traspasa" en la fachada del local, una última esperanza sorprendía por completo al chef al ver el ritmo de trabajo y los comentarios de los clientes al terminar el servicio.

La patata Chicota actúa de amuleto en 'El Sitio'

En menos de 24 horas los dueños, las cocineras y la camarera del restaurante 'El Sitio' de Huelva conocían por primera vez el nuevo menú con productos de la tierra que había creado Alberto Chicote para empezar de nuevo.

Así, con una nueva carta, las cocineras se ponían manos a la obra con un amuleto muy especial: una patata inspirada en Chicote que la cocinera Ana había creado especialmente para él (¡con su chaquetilla colorida y todo!). "Chicota" la apodaba el chef con todo el cariño del mundo.

'El Sitio' pasa de pesadilla a sueño con final feliz

Y tras ello, lo nunca visto: el tercer servicio sale bien. Pocas veces se vive este momento en Pesadilla en la cocina. Con Eli -mujer del propietario- asumiendo el control y poniendo atención a los detalles que, sin querer, se les pasan de inicio a las cocineras; con dos cocineras que despiertan recuerdos de sus comensales al probar sus riquísimos platos y dos camareros que se ayudan entre sí y se "engranan", como bien destaca Chicote.

Tan solo un pequeño tropiezo entorpece el inicio del servicio para José Antonio, que por fin apuesta por aprender a manejar la PDA para tomar las comandas. Con buen tono, con decisión, ánimo y ganas de mejorar, el dueño de 'El Sitio' acude a su compañera para recibir ayuda sin cabreos de por medio.

Superado ese bache, el resto del servicio parece ser coser y cantar: platos que salen, camareros que actúan y comensales que generan una banda sonora de "¡qué rico!" y demás cumplidos para unos platos con un sabor espectacular.

El chef Alberto Chicote se queda sin palabras al ver que apenas tiene que intervenir en este servicio final: "¡Quién me iba a decir a mí que iba a ser esto así, madre mía!"

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